Al menos 37 gendarmes y agentes de Policía han resultado heridos durante las manifestaciones de este sábado contra la nueva Ley de Seguridad Integral, que limitaría entre otros aspectos la recogida de imágenes de las fuerzas de seguridad, y que se han saldado con fuertes disturbios en la Plaza de la Bastilla de París, epicentro de la convocatoria.
El balance ha sido proporcionado por el ministro del Interior francés, Gerald Darmanin, quien ha condenado "una vez más, la violencia inaceptable contra la Policía", según ha hecho saber en su cuenta de Twitter.
Los organizadores de la marcha habían pedido previamente a los miles de asistentes congregados en la Plaza de la Bastilla que abandonen el lugar ante el incremento de la violencia en los enfrentamientos entre Policía y grupos declarados "antifascistas" que están provocando disturbios en las inmediaciones.
A media tarde, la Policía ha comenzado a emplear cañones de agua contra los congregados, según informa el diario 'Le Figaro', aunque en los últimos minutos el proceso de evacuación parece que se ha reanudado con normalidad. De momento no se ha dado a conocer cifras de manifestantes heridos o detenidos.
Dada la situación, "los organizadores han pedido la dispersión de los presentes, que ya pueden salir de la Plaza de la Bastilla", ha trasladado la Prefectura de la Policía de París a través de un comunicado publicado en su cuenta de Twitter.
Según el Ministerio del Interior, la manifestación parisina, la "Marcha de las libertades contra las leyes liberticidas" ha reunido a un total aproximado de 46.000 manifestantes, a los que habría que añadir otros miles de personas que han participado en marchas similares en ciudades como Lille, Montpellier o Burdeos, en plena tensión social por la agresión policial al productor de música Michel Zecler, de raza negra, captada por unas cámaras de seguridad.
Los enfrentamientos han comenzado hace unas horas, con el intercambio de objetos arrojadizos y gases lacrimógenos entre manifestantes y Policía. El incidente más grave ha ocurrido en la propia plaza, donde grupos de encapuchados han prendido fuego a una sucursal del Banco de Francia. También ha resultado incendiado un quiosco.
La tensión también ha aumentado en Lyon, donde la Policía también ha utilizado cañones de agua para dispersar a los manifestantes.