Actuar en Estados Unidos es un reto para los artistas españoles
Poder actuar en EE.UU. cuesta 2.000 dólares y recopilar un sinfín de documentos
"Nos dijeron que teníamos derecho a una llamada y ellos mismos llamaron a José Luis Valenzuela, director del Teatro Latino, donde íbamos a actuar. Por él me enteré de que nos deportaban", cuenta el productor Manel Quintana
Para la mayoría de los artistas extranjeros, presentar su trabajo en Estados Unidos es una gran oportunidad. Un premio, que muchas veces puede resultar un tanto agridulce. Y es que, para actuar en este país, no basta con ser talentoso encima del escenario, también hay que saber qué visado es el más idóneo.
Buscar un experto en el tema es siempre de gran ayuda, pero aún así, ojo, muchas veces ni siquiera eso es suficiente. Que se lo digan al violonchelista Ariel Polo, a la bailarina Marta Carrasco o a la actriz Silvia Marsó. Los tres han tenido que cancelar sus actuaciones en Búfalo, Los Ángeles y Nueva York, y todo, por una cuestión burocrática.
2.000 dólares y un sinfín de documentos para poder actuar en un escenario estadounidense
En la mayoría de los países, conseguir un visado para una gira o una actuación puntual es relativamente fácil. Pero cuando se trata de Estados Unidos, las compañías tiemblan. ¨Después del 11- S la vida cambió para todos¨, nos cuenta a NIUS Rosa García, de la agencia Musiespaña, ¨antes querías llevar un artista allí y con una biografía y su página web valía, ahora no. Nos piden una avalancha de información, y además esta información tiene que estar traducida al inglés y tiene que ser una traducción jurada, no puedo hacerla yo misma¨.
Su última mala experiencia con la burocracia estadounidense fue a principios de este año. Tras invertir 2.000 dólares en el visado del violonchelista Asier Polo, y dedicar muchas horas a recopilar documentos, no llegaron a tiempo. ¨No fue un problema de que se lo concedieran o no, fue un problema de envíos y demora. Fue una odisea, hacíamos guardia en la oficina para ver si llegaba el pasaporte, pero nada ¨. Dos días antes del viaje, y viendo que el pasaporte no llegaba, el equipo de Ariel decidió cancelar la actuación que tenían programada para tocar en la Buffalo Philharmonic Orchestra.
En marzo, Asier Polo viajará de nuevo a Puerto Rico (EE. UU.) para actuar en el Festival Casals, y Rosa ya ha avisado que "si a finales de enero no tengo el visado en mis manos, yo no me comprometo a que podamos viajar".
Los problemas para decidir qué visado elegir
Cancelar un espectáculo siempre implica un daño moral y económico considerable, pero si además es por problemas burocráticos a la entrada de EE. UU., también supone una mancha en tu expediente. ¨Hay que pedir el visado correcto, o sino no te lo darán, y además te pondrán una marca. Este es un país tradicionalmente de mucha inmigración y cada vez son más exigentes en el control¨, explica a NIUS el cónsul general de España en Nueva York, Rafael Conde Saro.
Es el caso de la actriz española Silvia Marsó, al frente de la representación 24 horas en la vida de una mujer, una obra que debía estrenarse en la Gran Manzana el próximo 7 de noviembre pero que, de momento, este año, no pisará suelo neoyorquino. De su visado se encargó el Teatro Repertorio Español de Nueva York, toda una institución en esta ciudad con muchos años a sus espaldas en la gestión de visados de artistas extranjeros. ¨Pidieron una visa P3 que es la que llevan pidiendo más de 50 años para los artistas que actúan allí, y se la denegaron. Luego nos hemos enterado, consultando a diferentes abogados, que teníamos que haber pedido una P1¨, nos cuenta la actriz a NIUS. El visado P3 va dirigido, según indica el Departamento de Estado americano en su página web, a un ¨intercambio cultural único¨. Sin embargo, la visa P1 es para compañías de ¨prestigio con reconocimiento internacional¨. ¨Es todo muy subjetivo¨, nos cuenta Rafael Sánchez, productor artístico de Repertorio Español, ¨lo que está claro es que la próxima vez recurriremos a un abogado para no cometer ningún error¨.
Un proyecto frustrado por un papel
La bailarina Marta Carrasco y su equipo sí consiguieron volar a Estados Unidos, pero cuando aterrizaron en Seattle, donde tenían que hacer escala, todo se complicó. ¨Cuando llegamos allí nos metieron en una sala, separados, y nos dejaron allí 5 ó 7 horas sin darnos ninguna explicación¨, nos cuenta el productor Manel Quintana. "Luego ya nos dijeron que el visado estaba mal". "Nos dijeron que teníamos derecho a una llamada y ellos mismos llamaron a José Luis Valenzuela, director del Teatro Latino, donde íbamos a actuar. Por él me enteré de que nos deportaban". El equipo entero regresó a España.
"Es una pérdida económica también, porque a los técnicos hay que pagarles. Dejamos de ganar dinero de otras cosas que no hemos hecho aquí por ir allí, y se han tenido que devolver las entradas. Además, alojamientos, vuelos, seguros, etc, mucho dinero. Miles de euros¨. Marta Carrasco y su equipo tampoco actuarán este año en suelo estadounidense.
No es el caso de los grandes artistas, como Rosalía o de aquellos que residen en Estados Unidos. Lo normal es que ya sean artistas consagrados y que no tengan problemas de visados.
A pesar de las complicaciones, los tres artistas nombrados en este este artículo aseguran que, al fin y al cabo, actuar en este país te da un prestigio al que ninguno quiere renunciar y volverán a intentarlo en el 2020.