A la puerta de su casa de Bojador, encontramos a Mattu, de 84 años y madre de Sultana. Tiembla, se rodea los brazos con sus manos, está sufriendo un ataque de ansiedad. Es ya de día, pero durante la madrugada ha tenido que ver cómo sus hijas Azza y Sultana han sido violadas, según el testimonio de la propia Sultana, por "supuestos policías marroquíes".
Sultana es una activista saharaui que lleva sometida a un "arresto domiciliario" completamente irregular, sin respaldo de ningún tipo de orden judicial, desde el mes de noviembre. Cuando el Frente Polisario declaró el estado de guerra, después de que Marruecos violara el alto el fuego en una zona desmilitarizada, ante una protesta pacífica de saharauis en el paso de Guerguerat.
Desde entonces, la represión ha sido sistemática en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos desde que España abandonó lo que era su colonia en 1975. Pero lo ocurrido a las hermanas Khaya esta semana ha traspasado los límites. La delegación del Frente Polisario en España ha emitido un comunicado exigiendo al Gobierno español que intervenga, como potencia administradora que es según Naciones Unidas, para que Marruecos cese esta represión contra el pueblo saharaui y también insta a las organizaciones de derechos humanos a que intercedan ante el Gobierno marroquí para que termine con este acoso y maltrato a la población civil saharaui.