Cinco niños perdieron la vida y cuatro están críticos después de que un golpe de viento levantara un castillo hinchable en una escuela de la isla de Tasmania, en el sureste de Australia. Devastador el caso para una policía que no podía evitar llorar al contemplar la tragedia.
Un cordón policial aleja las cámaras del castillo desinflado mientras un helicóptero medicalizado traslada a niños gravemente heridos. Fiesta de fin de curso en Tasmania, convertida en trampa mortal. Un golpe de viento ha elevado por los aires el castillo hinchable en el que saltaban escolares de 5º y 6ª de primaria. Dos niñas y dos niños han muerto al caer desde unos 10 metros de altura. La quinta víctima ha fallecido en el hospital. Abierta la investigación policial, los agentes buscan pistas de cómo estaba anclado al suelo el castillo convertido por el viento en pesadilla. Las familias de las víctimas y los niños testigos del accidente tendrán ayuda psicológica para superar el trauma.
"El primer ministro australiano, Scott Morrison, no daba crédito: que unos niños estén jugando con sus familias y acabe así, te rompe el corazón, manifestaba.