Las víctimas participaban en un vuelo que, según ha explicado el director del campamento, Yves Burkhardt, iba a servir de cierre para una iniciativa estival que se ha celebrado sin ningún incidente durante los últimos 35 años.
La avioneta, un modelo Piper con un solo motor, estaba realizando su segundo vuelo del día bajo el control de un piloto experimentado, una monitora de campamento de 17 años --que ha logrado sobrevivir-- y los dos jóvenes.
El aparato se ha estrellado en la región de Diavolezza, ubicada en el cantón de Grisons, unos diez minutos después de despegar, por razones que ya se están investigando.
“Para mí, el mundo se ha derrumbado. Los jóvenes habían pasado una maravillosa semana de vacaciones. Uno de los momentos más destacados era este vuelo” ha dicho Burkhardt, en declaraciones a los medios de comunicación.