El autobús turístico, cuyos pasajeros eran en su mayoría de nacionalidad alemana, se salió de la carretera en la isla portuguesa de Madeira, dio varias vueltas de campana, cayó por un barranco y terminó estrellándose con una casa.
El impacto fue tan violento que el balance de víctimas asciende a 29, todos turistas alemanes de entre 40 y 50 años. El conductor del vehículo y la guía, ambos portugueses, están entre los 27 heridos, dos de ellos están muy graves por lo que no se descarta que el número de fallecidos aumente en las próximas horas.
El Gobierno de Madeira ha decretado 3 días de luto y dice que el autobús era relativamente nuevo, tenía cinco años de antigüedad y había pasado todas las inspecciones. La Fiscalía ya ha abierto una investigación pero según los medios locales, la principal hipótesis apunta a un posible fallo en los frenos.
El vehículo acababa de salir del hotel y a los pocos metros, en una de las primeras curvas, ocurrió el fatal accidente.