Este laboratorio a las afueras de París es el último eslabón de la cadena. Aqui los forenses cotejan las muestras recogidas sobre el terreno con el ADN de los familiares. La identificación de las víctimas va a ser muy lenta; calculan que tardarán entre 2 y 4 meses. Incluso el jefe de la policia forense no garantiza que puedan identificar todos los cadáveres.