Según informa el diario The Sun, el soldado sufrió un ataque con explosivos en Afganistán y algo quedó incrustado en su cabeza. Los servicios de emergencia le evacuaron pensando que un trozo de metralla se había alojado en su cerebro. Posteriormente se dieron cuenta que era un pequeño artefacto explosivo.
La explosión del proyectil utilizado por los talibanes tenía la potencia suficiente para matar a todo el equipo médico que operó al soldado, pero los valientes cirujanos lograron extraerle la bomba en una operación de cinco horas en la base aérea de Bagram en Afganistán.
El paciente anónimo, miembro del Ejército Nacional Afgano, ha sufrido una lesión cerebral grave, pero se recupera tras la operación.
"Pensé que era un trozo de metralla"
El sargento William Carter, miembro del equipo quirúrgico, afirma en el diario británico que "fue un verdadero esfuerzo garantizar la seguridad de todos los que estábamos allí y del paciente". El radiólogo que encontró la bala explica que "al principio pensé que era un trozo gastado de metralla pero luego vi que el interior no era de metal sólido".
El hospital militar donde se ha realizado la operación fue aislado y varios expertos en explosivos colaboraron en la extracción de la bala. Después de sacarla del cerebro del soldado fue trasladada para ser destruida.