México y Colombia plantan cara a EE.UU. y cuestionan su política antidrogas

AGENCIA EFE 27/10/2010 00:00

Esta reacción partió de la preocupación que generó la convocatoria de un referéndum para la legalización de la marihuana en California (EE.UU.) el próximo 2 de noviembre, medida que no comparten estos países ni sus vecinos centroamericanos.

El escenario para airear esas desavenencias fue la XII Cumbre del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla, celebrada en Cartagena de Indias y convertida hoy en un centro de discusión en torno a la lucha antidrogas a partir de la iniciativa californiana.

Esta cita, a la que también asistieron la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, y los de Guatemala, Álvaro Colom, y Honduras, Porfirio Lobo, concluyó con una dura declaración final contra la iniciativa de legalización de la marihuana.

Los presidentes remarcaron que "las iniciativas locales que proponen el uso y consumo de marihuana" son un motivo de preocupación y "no resuelven el problema que representa el crimen organizado trasnacional".

Asimismo, llamaron a las naciones consumidoras a "ser congruentes y consistentes (...), ya que no puede promoverse la criminalización de esta actividades y al mismo tiempo la legalización abierta o velada de la producción y consumo de drogas".

En una rueda de prensa al término de la cumbre, el presidente de Colombia quiso dejar claro que no están "sugiriendo que se suspenda el referéndum" de California porque "cada país tiene derecho de poner en marcha sus mecanismos de participación democrática".

Sin embargo, advirtió de que si los californianos legalizan la marihuana, "eso genera una discusión inmediata" y obliga a revisar la estrategia global contra las drogas.

"Ahí hay una contradicción evidente, una paradoja", manifestó Santos, quien hoy cuestionó duramente el plan antidrogas liderado por Estados Unidos para la región latinoamericana desde hace años, y un ejemplo de ello es el Plan Colombia.

"No estamos tomando partido, es un problema de Estados Unidos, de California, pero si se aprueba debemos revaluar la lucha global de las drogas porque decisiones como esta debilitan la lucha contra las drogas, un fenómeno que tanto daño ha causado a los colombianos y que afecta a la región", concluyó Santos.

Por su parte, Calderón, quien junto al colombiano fue el encargado de anunciar las conclusiones de la cumbre, hizo uso también de palabras muy duras contra el gigante del norte.

"Estados Unidos son los principales consumidores, donde está el origen del problema en sí, son los principales proveedores de armas a los criminales y son los principales proveedores de dinero a los criminales", aseveró Calderón.

México, que vive uno de los peores periodos de violencia a causa de la guerra emprendida contra los carteles del narcotráfico, "gasta más de 10.000 millones de dólares al año en tareas de seguridad", recordó el presidente para ilustrar el drama.

"Si el esfuerzo que hace hoy (EE.UU.) en detener migrantes se aplicara por lo menos a la mitad para detener el flujo de armas otra historia seria, porque el contar con un acceso tan franco por parte de los criminales a un armamento casi ilimitado es parte del problema", agregó.

"Al final de cuentas, si no se detiene el flujo de armas y dinero a nuestros países provenientes de actividades ilegales difícilmente podrá avanzarse de forma determinante en este problema", matizó.

Detalló que desde que llegó al gobierno, hace casi cuatro años, se han decomisado "cerca de 90.000 armas, de las cuales 50.000 rifles de asalto, cerca de 8.000 granadas, 10 millones de cartuchos, casi un centenar de rifles y lanzamisiles".

"El 90 por ciento de las armas que son susceptibles de rastrear, es decir, que todavía conservan su numero de serie, son armas vendidas en Estados Unidos", aclaró.

Calderón lanzó así un llamado "de alerta" y solicitó "congruencia" a Estados Unidos, al que dijo: "No se puede criminalizar y legalizar al mismo tiempo, o una cosa o la otra", en alusión al referendo de California que tanta polémica ha causado en América Latina.

Antes, la presidenta de Costa Rica había señalado que la delincuencia asociada al narcotráfico ha costado más vidas humanas a Centroamérica que las guerras de los años ochenta que asolaron esa región.