Estamos viendo como Donald Trump desmonta en estas primeras horas muchas políticas y estructuras de la Administración Biden. El presidente de EEUU ha puesto en marcha numerosas medidas en las primeras 24 horas de su segundo mandato, pero algunas se enfrentan a obstáculos. Por ejemplo, una de las medidas quería eliminar la enmienda que otorga la nacionalidad por el simple hecho de nacer en suelo estadounidense. Y esta medida no parece fácil ejecutarla.
Según explica Dori Toribio, los problemas legales ya han empezado, porque una veintena de estados han bloqueado esta orden ejecutiva con la que Donald Trump busca restringir una enmienda que lleva en la Constitución 150 años, la enmienda 14. Esto lo prometió Trump en la campaña electoral, pero solo aplicado a los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en Estados Unidos, es decir, por lo tanto, ciudadanos estadounidenses automáticamente en virtud de la citada enmienda.
Pero Trump dice ahora que no, y esto está en el núcleo duro de su movimiento político. Por eso ha sido una de las primeras medidas que ha firmado. Sin embargo, se esperaban problemas legales y ya están aquí, en tan solo unas horas.
Repasamos ahora cómo han sido las primeras 24 horas de Trump. Tras un más que agitado primer día en el cargo, la resaca le pasa factura a al presidente de 78 años, incapaz de mantenerse despierto en un servicio interreligioso en la catedral de Washington. Solo ha salido de su letargo cuando la prelada episcopal le ha pedido misericordia para la comunidad LGTBi y los migrantes: "Tenga piedad de la gente de nuestro país que está asustada".
Su cruce de miradas con el vicepresidente Vance demuestran la incomodidad. A la salida, Trump dejaba claro que no le ha gustado el sermón: "No me pareció un buen servicio. Muchas gracias. Podrían hacerlo mucho mejor". A Trump no le gusta que le sermoneen, menos después del frenesí legislativo de ayer, cuyas consecuencias ya sufren al otro lado de la frontera, donde ha decretado la emergencia nacional dejando a miles de migrantes y refugiados a las puertas del sueño americano. México, además, acaba de adelantar que tampoco los quiere allí: enviará de vuelta a sus países de origen a todos los deportados por Trump. Muchos habrán hecho el viaje en balde.
También tienen motivos para preocuparse los hijos de inmigrantes sin papeles que hayan nacido en los Estados Unidos, como decíamos. Trump quiere quitarles el derecho a la nacionalidad por nacimiento que les otorga la Constitución, aunque 18 estados ya anuncian litigios para frenarla. Otros efectos los veremos a más largo plazo. Entre baile y baile, Trump ha sacado a Estados Unidos del Acuerdo del Clima de París y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y ha derogado 78 leyes ejecutivas de Joe Biden. Entre ellas, las que protegían a las personas transexuales. Lo que sí ha sido inmediato es el perdón para los 1.500 acusados por el asalto al Capitolio. Algunos ya han sido excarcelados, como Enrique Tarrio, el lider del grupo de extrema derecha Proud Boys. Estaba condenado a 22 años de cárcel. En la nueva América de Trump, ya es un hombre libre.
La Administración Trump empieza a engrasarse. Hoy hemos visto cómo ocupaba ya un puesto clave Marco Rubio, cubano-estadounidense, un perfil muy crítico con China. Y, por otro lado, se veían otras figuras quizá menos tradicionales, mucho más disruptivas, como Elon Musk, que está por ver qué papel tendrá en el Ejecutivo.
Según informa Dori Toribio, Marco Rubio es una figura enormemente respetada en Washington. Una voz clave en política exterior. Siempre ha sido un halcón, muy duro con China, también con Cuba o Nicaragua y ahora especialmente con Venezuela (es una de las voces más críticas con Nicolás Maduro). Lo interesante de Marco Rubio es que pasó de ser un gran rival de Donald Trump a uno de sus grandes defensores. Y ahora va a tener que amoldarse a estas diferencias como secretario de Estado. Por ejemplo, Rubio siempre fue un gran defensor de la OTAN, pero ahora cuestiona el gasto de los aliados, como Trump. O siempre fue un gran defensor de Ucrania frente a la invasión rusa, pero ahora dice que la guerra tiene que terminar cuanto antes, como Trump.
Y, respecto a Elon Musk, la gran pregunta es si, ahora que Trump está en la Casa Blanca, ¿esa gran influencia, acceso y poder que hemos visto durante toda la transición la va a mantener y le veremos en el Despacho Oval y las reuniones, o se mantendrá como asesor externo del ejecutivo para lo que está nombrado, para reforzar el gasto del gobierno?.
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