En Estados Unidos celebrarán en 21 días la investidura de Donad Trump como presidente número 47. Entre sus prioridades está la de limitar la inmigración irregular, pero la cuestión migratoria genera brechas en el bloque conservador entre quienes defienden visados para inmigrantes muy cualificados y quienes creen que solo interesan a las grandes corporaciones, penalizando al trabajador local. Una guerra interna que enfrenta a Elon Musk con los sectores más nacionalistas.

Con todo el apoyo de Donald Trump, Musk está dispuesto a "ir a la guerra" en defensa de los H1B, los visados premium para extranjeros. Elon Musk abre así una grieta en el movimiento MAGA y el ala más dura antiinmigración del partido Republicano.

Beneficiado en su propia carrera por un visado de este tipo al llegar de Sudáfrica, el multimillonario apuesta por la entrada legal de trabajadores extranjeros altamente cualificados, fichajes en Silicon Valley pero también científicos, ingenieros y médicos. Los visados H1B están limitados a 65.000 al año, y en su primer mandato Trump los restringió.

Su asesor en aquel 2017 el populista Steve Bannon, es quien ahora abandera los ataques contra Elon Musk al que califica como "un niño pequeño y un completo fraude", "capaz de coger un cheque hasta de Adolf Hitler", el ala dura dice que trata de proteger los empleos estadounidenses.

El giro de Trump en apoyo a los H1B refuerza a Musk que opina que los tontos despreciables deberían ser expulsados del partido Republicano.  

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