El papa Francisco ha inaugurado el Año Santo en la principal prisión de Roma este jueves con un mensaje de esperanza a los presos, que participaron en la celebración. Es la primera vez que un papa abre una Puerta Santa en el interior de un centro penitenciario y no en una basílica .
El pontífice ante los reclusos, invitados a la ceremonia, instó a “abrir de par en par las puertas del corazón, pues cada quien sabe cómo hacerlo”.
El papa se levantó de su silla de ruedas y golpeó la puerta de la capilla de la cárcel romana, de Rebibbia y cruzó el umbral, reeditando el gesto que realizó en la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro dos noches antes, en Nochebuena. Y lo hizo con la misma solemnidad que en la gran basílica de San Pedro.
Las puertas de la capilla de la cárcel de Rebibbia se abrieron ante el Sumo Pontífice, que estuvo acompañado por el obispo auxiliar de Roma, monseñor Benoni Ambarus, dos reclusos -un hombre y una mujer- y dos agentes, seguidos por un grupo de sacerdotes llevando una Cruz de madera en procesión, según ha informado la web del Vaticano.
La apertura de la puerta ha dejado inaugurado oficialmente el Año Jubilar, una tradición que se celebra desde el año 1300 y que en la actualidad se festeja cada 25 años con la peregrinación de fieles a Roma, a través de las puertas abiertas, que permitirán la entrada a la Basílica.
La Iglesia católica espera que el año jubilar congregue a más de 30 millones de peregrinos en la capital de Italia.
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