El oficialista Mijaíl Kavelashvili, prorruso ultraderechista y exfutbolista profesional, ha sido elegido este sábado nuevo presidente de Georgia durante una votación que fue boicoteada por la oposición, ha indicado la Comisión Electoral Central de la república caucásica, según informa Xavier Colás.

Por primera vez, el jefe de Estado ha sido designado de forma indirecta por un grupo de delegados, mayoritariamente del partido gubernamental. Kavelashvili, de 53 años, que recibió el apoyo de 224 de los 300 diputados nacionales y municipales participantes, sustituye en el cargo a Salomé Zurabishvili.

No obstante, la opositora se niega a abandonar su puesto ya que no reconoce la legitimidad del resultado de los comicios celebrados el pasado octubre, en lo que cuenta con el respaldo de la Unión Europea (UE) y de Estados Unidos.

"Esclavos" y "rusos" son algunos de los eslóganes que corearon los activistas y la oposición en su protesta frente al Parlamento. Consideran un "insulto" que el candidato de la formación gobernante, Sueño Georgiano (SG), haya sido una persona sin estudios superiores.

Con el objetivo de prevenir incidentes y enfrentamientos, la Policía ha cerrado las calles adyacentes por donde los diputados han accedido al edificio institucional y han instalado camiones con cañones de agua.

La oposición se manifiesta a diario por el centro de la capital georgiana, Tiflis, desde que el Gobierno decidiera congelar el pasado 28 de noviembre las negociaciones de ingreso en la Unión Europea.

Zurabishvili reiteró este viernes por la noche, en una rueda de prensa, que no abandonará la Presidencia, tachó de "parodia anticonstitucional" la votación y llamó a continuar las protestas.

Según la opositora, quien considera fraudulenta la victoria electoral de SG, actualmente en el país no hay un Parlamento legítimo y, por lo tanto, "un Parlamento ilegítimo no puede elegir a un nuevo presidente".

"Lo importante es no parar ahora. Cada día sale más gente a la calle", señaló, añadiendo que las autoridades no pueden "intimidar o encarcelar a todos", en alusión a la represión de las manifestaciones, que ha sido criticada por defensores de derechos y varios países occidentales.

Mientras tanto, el partido gobernante advirtió de que la actual mandataria podría solicitar públicamente el apoyo del Ejército y de la Policía en su pulso con las autoridades. "Zurabishvili ya está agonizando políticamente y podría optar por esa locura. Sería un crimen", dijo Mamuka Mdinaradze, secretario ejecutivo del Sueño Georgiano.

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