Luigi Mangione es el principal y único sospechoso del asesinato del máximo Ejecutivo de la UnitedHealthcare, pero quién es este joven de 26 años. Descendiente de inmigrantes italianos que han amasado una gran fortuna, egresado de una universidad privada y primo de un congresista. Un currículo impecable que hace suponer a los investigadores que el acto de Mangione responde a un móvil ideológico. Así lo ha contado en el vídeo Sonia Losada.
Mangione procede de una conocida familia acaudalada del estado de Maryland. Su abuelo, emigrante italiano, hizo fortuna y sus descendientes han continuado con el negocio inmobiliario acumulando importantes inmuebles.
El veinteañero, un hijo de papá, nació y se crió en Maryland, aunque ha vivido en San Francisco, Pensilvania y Hawái, según ha informado la Policía, tras su detención. No tenía antecedentes policiales.
El joven, sospechoso de apretar el gatillo contra Brian Thompson, director Ejecutivo de la aseguradora médica UnitedHealthcare, estudió en una escuela privada, por la que su familia pagaba 40.000 dólares al año. Mangione durante su adolescencia fue voluntario en una clínica de rehabilitación propiedad de su rica familia.
Mangione se graduó de la Universidad de Pensilvania en 2020 de una licenciatura en informática y una especialización en matemáticas, al mismo tiempo que obtenía un título de posgrado en informática y ciencias de la información, confirmó un portavoz de la universidad.
Es primo de Nino Mangione, un congresista republicano, que ya habló en nombre de la familia asegurando que estaba “sorprendida y devastada” por las noticias. De hecho, esta ya ha hecho un comunicado ofreciendo sus oraciones a la familia del asesinado.
El joven identificado y detenido en Pensilvania como sospechoso del asesinato del CEO de UnitedHealthcare ya compareció por la tarde ante un juez, quien ordenó prisión sin fianza, según los medios estadounidenses.
Por el momento, Mangione está acusado de cinco delitos relacionados con posesión de armas y falsificación de identidad, pero ninguno de asesinato. Las autoridades, sin embargo, dicen tener “una montaña de pruebas”, entre ellas un escrito tipo “manifiesto”, que apoyaría la tesis de los investigadores sobre una asesinato con móvil ideológico.
El sospechoso dejó en la escena del crimen los tres casquillos de bala inscritos con las palabras “delay” (retrasar), “defend” (defender) y “depose” (destituir), una referencia a la estrategia común utilizada por las aseguradoras médicas para rechazar reclamaciones.
De alguna manera, Luigi Mangione ha conseguido lo que quería: que se hable más del asesino que del asesinato. Que no se deje de dar vueltas a por qué mató de un disparo por la espalda, a bocajarro y de noche, al consejero delegado de la mayor aseguradora de salud del mundo.
A Mangione sus conocidos lo califican como muy inteligente, culto y carismático. Su familia, de origen siciliano, se había enriquecido en Estados Unidos. Una radiografía que colgó en redes sociales, supuestamente suya, muestra una columna vertebral tras ser operada. Entró en quirófano hace seis meses. Nadie volvió a saber de él desde entonces, ni sus amigos. Hasta que el miércoles pasado reapareció convertido en asesino.
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