El referéndum celebrado este domingo para introducir modificaciones a la Constitución con vistas a una posible adhesión de Moldavia a la Unión Europea se encuentra prácticamente empatado al registrar un 50,08 por ciento a favor y un 49,92 por ciento en contra, según datos preliminares correspondientes al 98,42 por ciento del escrutinio.
La diferencia entre el 'sí' y el 'no' a la pregunta "¿Apoya la modificación de la Constitución con vistas a la adhesión de la República de Moldavia a la Unión Europea?" se encuentra en menos de 2.300 votos, tal y como indica la página web de la Comisión Electoral Central, si bien el conteo continúa a esta hora y la diferencia es tan estrecha que no está clara cuál de las dos opciones es la que quedará por encima.
Moldavia presentó su solicitud de adhesión a la UE el 3 de marzo de 2023 y tres meses después el bloque comunitario abrió negociaciones formales. La oposición prorrusa respondió al paso del Gobierno con la creación de una coalición llamada Victoria cuyo principal propósito era denunciar la adhesión a la UE.
El referéndum sobre la UE se ha celebrado coincidiendo con las elecciones presidenciales, en las que la presidenta Maia Sandu ha sido la primera opción (41,98 por ciento) por delante del prorruso Alexandr Stoianoglo (26,31 por ciento). Ambos se tendrán que enfrentar en la segunda vuelta que se celebrará el 3 de noviembre, puesto que ninguno de los candidatos se ha hecho con más del 50 por ciento de los votos necesarios.
La mandataria, a última hora de la noche, ha denunciado que el país "ha sufrido un ataque sin precedentes contra la libertad y la democracia", tanto este domingo, fecha de las elecciones presidenciales y un referéndum sobre el ingreso en la Unión Europea, como "en los últimos meses".
"Los grupos criminales, en colaboración con fuerzas extranjeras hostiles a nuestros intereses nacionales, han atacado a nuestro país con decenas de millones de euros, mentiras y propaganda, utilizando los medios más vergonzosos para mantener a nuestra nación atrapada en la incertidumbre y la inestabilidad", ha dicho.
La mandataria ha asegurado que tiene "pruebas claras" de que "estos grupos criminales" pretendían comprar 300.000 votos, lo que ha calificado de "fraude de una escala sin precedentes". "Su objetivo era socavar el proceso democrático. Su intención es sembrar el miedo y el pánico en la sociedad. No nos rendiremos en la defensa de la democracia y la libertad", ha expresado.
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