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Las organizaciones que trabajan con los migrantes que llegan a Europa en el día a día advierten de que imponer las deportaciones atenta contra los derechos humanos. Además, dudan de su eficacia.
La decisión del magistrado italiano contra el envío de migrantes a Albania no ha sorprendido ni a las ONG, ni a los jueces. Es pura lógica porque se salta, dicen, todos los acuerdos europeos. Lo asegura quien los ha negociado. Lo más grave del plan Giorgia Meloni es que vulnera el derecho de asilo y externaliza nuestras fronteras.
Una supuesta solución final a la migración que además es ineficaz ya que los migrantes seguirán jugándose la vida en el mar para poder llegar a Europa, según los expertos.
Además, el plan de Giorgia Meloni es bastante caro. Cada viaje en barco a Albania cuesta 290.000 euros. Es decir, por cada migrante habría que pagar 36.000 euros. Los centros, hoy en día vacíos cuestan alrededor de 800 millones de euros. "No son eficaces, ni son efectivos", asegura Juan Fernando López Aguilar, eurodiputado del PSOE.
Sorprende, aseguran los expertos consultados, cómo media Europa y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, han comprado el discurso de Giorga Meloni. "Lo que supone es el coste de vidas humanas y el coste del prestigio de la Unión Europea", sentencia Mónica López, directora Comisión Española Ayuda al Refugiado.
Por otro lado, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea ya se comprometían este jueves en Bruselas a estudiar "nuevas formas" que permitan "evitar y contener la migración irregular" que buscar llegar a suelo comunitario, una fórmula que evoca la línea más dura de países como Italia, Polonia o Dinamarca de explorar "soluciones innovadoras" como la creación de centros de deportación fuera de la Unión o castigar a los países terceros que no cooperen en los retornos.
"La migración es un desafío europeo que requiere una respuesta europea. Debemos fortalecer la implementación de nuestro enfoque integral", escribía en redes sociales el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, para anunciar el acuerdo en la cumbre a 27.
Entre las claves, Michel señalaba la necesidad de establecer alianzas con los países de origen y tránsito de la migración irregular, la lucha contra las mafias, un mayor control de la frontera exterior, potenciar las deportaciones y promover vías legales de entrada en la UE.
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