Durante la noche del viernes 30 de agosto sonaron las sirenas en los alrededores de Kiryat Shmona, en Israel, por el lanzamiento de numerosos cohetes hacia el norte del país. El ejército israelí afirma que los cohetes habían sido disparados desde Líbano.
Según el ejército israelí, algunos de los proyectiles fueron interceptados, mientras que los pocos restantes cayeron en zonas abiertas, provocando incendios. En respuesta a los ataques afirma que su fuerza aérea había atacado varias instalaciones de Hezbolá en el sur del Líbano. El temor a una guerra total en Oriente Próximo se intensifica a medida que prosigue el intercambio de fuego entre Hezbolá e Israel.
Además, el Ejército de Israel ha bombardeado "lanzaderas de proyectiles" supuestamente empleadas por el partido-milicia chií Hezbolá para llevar a cabo ataques contra territorio israelí desde el sur de Líbano, en medio del repunte de las tensiones y los combates en la frontera.
Así, ha explicado en un comunicado publicado en su página web que "aviones de combate de la Fuerza Aérea han atacado varias lanzaderas de Hezbolá en el sur de Líbano que suponían una amenaza", sin que por el momento haya informaciones sobre posibles víctimas.
"Debido a los daños causados a una lanzadera se han detectado múltiples lanzamientos hacia territorio israelí", ha detallado, antes de especificar que uno de los proyectiles ha impactado en "una zona abierta" en territorio de Israel, sin dejar víctimas.
Por su parte, Hezbolá ha reclamado la autoría de varios lanzamientos de proyectiles contra objetivos militares de Israel durante las últimas horas, acciones que vincula a su "apoyo al resiliente pueblo palestino en la Franja de Gaza y a su valiente y honorable resistencia", según la cadena de televisión libanesa Al Manar, vinculada al grupo.
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