En Israel siguen celebrando el rescate de los cuatro rehenes en manos de Hamás. Sin embargo, en Gaza hoy todo es luto y desolación, visto el coste en vida humanas de esa operación.
Las autoridades sanitarias de la Franja han elevado a 270 los muertos y 700 los heridos en la incursión del ejército israelí en el campo de Nuseirat. Hamás asegura que esa cifra de víctimas podría aumentar.
Mientras, hoy han tenido lugar nuevos ataques en la Franja, donde se superan ya los 37.000 muertos desde el 7 de octubre. Además, el trágico resultado del rescate ayer de esos cuatro rehenes en manos de Hamás ya ha desatado una guerra de cifras y versiones entre las dos partes, entre israelíes y palestinos.
El bombardeo sobre Nuseirat sirvió de cobertura para liberar a cuatro rehenes israelíes que fueron secuestrados por Hamás el pasado 7 de octubre. Ahora, los rehenes liberados se recuperan acompañados de sus familias en un Hospital a las afueras de Tel Aviv.
Hoy se ha podido conocer que el padre de uno de ellos, Almog Meir Jan de 21 años, falleció de un infarto tan solo unas horas antes de la liberación de su hijo. Sus familiares aseguran que murió de pena al no tener noticias de su hijo secuestrado por Hamás.
“Mi hermano murió de pena y no pudo ver volver a ver a su hijo. La noche anterior al regreso de Almog, el corazón de mi hermano se detuvo”, confirmó hoy a la emisora pública israelí Kan su hermana Dina.
Alrededor de un centenar de rehenes todavía permanecen secuestrados por Hamás, de los que, al menos, una decena puede haber muerto. Sus familiares volvieron a pedir a Netanyahu que acepte una tregua para traerlos de vuelta.
Al anochecer la protesta contra el gobierno se volvió más violenta y se produjeron enfrentamientos con la Policía que terminaron con más de 30 detenidos.
La tensión en las calles también se vive dentro del Gobierno israelí donde se prevé que el ministro de Defensa, Benny Gantz, y número dos del Gabinete de Guerra anuncie su dimisión en las próximas horas.
Aviones de combate israelíes han vuelto a bombardear hace solo unas horas el centro y el sur de la Franja de Gaza dejando un balance provisional de, al menos, cinco muertos y otros tantos heridos. Unas cifras de víctimas que parecen insignificantes si las comparamos con la masacre del ataque israelí sobre el campo de refugiados de Nuseirat que, según Hamas, mató a 274 personas y dejó cerca de 700 heridos.
Unos heridos que, en poco tiempo, colapsaron el Hospital de Al-Aqsa. Los médicos compararon el centro con un matadero. Entraban decenas de víctimas, algunas llegaban solas como varios niños. Al Hospital también acudían muchas mujeres con niños, tan solo para buscar refugio porque dicen que ya no tienen otro lugar donde ir.
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