Atentado en el Crocus City Hall de Moscú: las razones del ISIS para atacar a Rusia
El ISIS podría haber atentado contra Rusia por represalia ante la participación de Rusia en los conflictos de Siria y del Sahel
Varias embajadas occidentales avisaron de un ataque inminente terrorista en Rusia, pero Vladimir Putin las desoyó
Última hora del atentado en la sala de conciertos de Moscú | Once detenidos por el ataque que deja 115 fallecidos
El ISIS ha reconocido su autoría en el atentado del viernes en el recinto del Crocus City Hall de Moscú, en la periferia noroeste de la capital rusa, uno de los mayores ataques en el país en la era de Vladimir Putin. No obstante, el Servicio de Seguridad Federal de Rusia (FSB) ha abierto una línea de pesquisas dirigida a Ucrania al considerar, según sus primeros resultados, que los sospechosos se dirigían a la frontera, donde mantenían "contactos relevantes" con el lado ucraniano.
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"Los combatientes del Estado Islámico atacaron una gran agrupación de cristianos en la ciudad de Krasnogorsk, en las afueras de la capital rusa, Moscú, y mataron e hirieron a cientos de personas y causaron una gran destrucción en el lugar antes de retirarse a sus bases de manera segura", comunicó el grupo a través de su canal de Telegram.
Pero, ¿por qué el ISIS atacaría a Rusia?
El ataque se produce después de que varias embajadas occidentales, entre ellas, la de EEUU, Reino Unido o Alemania, advirtieran a sus ciudadanos residentes en Rusia de la posibilidad de un inminente ataque terrorista.
EEUU fue el primer país en hacerlo 15 días antes del ataque. "La embajada está siguiendo de cerca los informes que indican que los extremistas tienen planes inminentes de atentar contra grandes concentraciones en Moscú, incluidos conciertos, por lo que se recomienda a los ciudadanos estadounidenses que eviten las grandes concentraciones en las próximas 48 horas", avisaron en su página web.
Un día después, se unieron a este aviso Letonia, Estonia, Reino Unido y Alemania, entre otros países occidentales. Pedían a sus ciudadanos tomar medidas como evitar reuniones públicas o, incluso, abandonar el país.
El 19 de marzo, días después de ganar las elecciones, Vladimir Putin reconocía la alerta de las embajadas, pero la calificó como un "comportamiento francamente provocador" por parte de responsables occidentales. "A mí todo esto me parece un chantaje, directamente, que tiene la intención de desestabilizar a nuestra sociedad", dijo.
Ataques contra Rusia
Sin embargo, los avisos occidentales habían llegado después de que el FSB informara de que había frustrado un atentado contra una sinagoga en Moscú perpetrado por una célula del grupo militante musulmán suní Estado Islámico.
Solo cuatro días antes, las fuerzas de seguridad rusas habían eliminado a seis supuestos yihadistas miembros del ISIS en una operación en Ingushetia, en el Cáucaso Norte.
El sangriento ataque no es el primero que se comete contra Rusia. Remite a una era casi olvidada hasta ahora por la guerra de Ucrania y la consolidación de Vladimir Putin en el poder, cuando los atentados suicidas, atribuidos en su mayoría a islamistas de Rusia o de sus vecinos, mataban a decenas de personas en el país como represalia de lo que denunciaban como políticas "antimusulmanas" del Kremlin.
Uno de los más mortíferos fue el de la toma de una escuela en Beslan, en el sur del país, provocó más de 330 decesos, muchos de ellos niños, en 2004. En 2010, dos ataques suicidas en estaciones de metro de Moscú mataron al menos a 40 personas, mientras que un atentado suicida mató a 16, incluido el atacante, en el metro de San Petersburgo en 2017.
En los últimos meses, también se han producido ataques contra Rusia fuera de la región. El 5 de septiembre de 2023, un atentado cerca de la embajada rusa en Kabul (Afganistán), acabó con la vida del segundo secretario y de un guardia de seguridad.
Cabe recordar que Rusia es uno de los pocos países que mantienen la embajada en Kabul tras la vuelta al poder de los talibanes, que son rivales del ISIS.
El papel de Rusia en Siria y en el Sahel
En septiembre de 2015, Rusia apoyó al Gobierno sirio contra los rebeldes y los grupos yihadistas, entre ellos, el ISIS. Gracias a ello, les derrotaron, cuando habían anexionado territorios de Siria. No obstante, tras el conflicto, yihadistas de repúblicas rusas del Cáucaso que se habían unido a la lucha del ISIS, regresaron a Rusia, lo que es una amenaza para el país.
Por otro lado, mercenarios del grupo prorruso Wagner se han unido a la lucha antiterrorista en el Sahel y han participado en golpes de estado en países como Níger, Mali y Burkina Faso, donde hay una gran presencia del Estado Islámico.
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