Los primeros testimonios del atentado ocurrido en Moscú, en el Crocus City Hall de la capital rusa, son tan confusos como terroríficos. Algunos testigos del recinto, con capacidad para unas 6.200 personas, hablan de la presencia de cinco terroristas armados con subfusiles y granadas.
Otros aseguraban que el ataque de este viernes por la tarde en la sala de conciertos podría haber sido cometido por un comando perfectamente organizado de diez individuos, apunta el periodista David S. Olabarri para el diario El Comercio. Unas horas después, ha sido reivindicado por el ISIS.
Sin embargo, más allá de la confusión propia de los instantes iniciales, en lo que todos los testigos coincidían era en la sincronización de los terroristas y en la falta de piedad con la que se comportaron nada más cruzar la entrada principal del auditorio.
Los testigos que consiguieron escapar de allí manifestaron que los asaltantes asesinaron a todo aquel que tuvieron delante. No querían rehenes. Uno de los testimonios más impactantes, que recoge Olabarri en su artículo, lo ofreció una mujer apenas un par de horas después de que comenzasen a sonar las alarmas.
"Mi esposo y yo nos sentamos en la platea de la primera fila. El tirador apareció literalmente a diez metros de nosotros. Estaba camuflado. No lo vi bien, pero me pareció que la barba era postiza. Empezó a disparar con una ametralladora. Le disparó a mi marido delante de mis ojos. Vi que estaba herido, pero no tuve tiempo de ayudarlo. Todos corrieron, yo simplemente me dejé llevar por la marea de gente", señaló la mujer bajo un shock absoluto.
El ataque terrorista comenzó de forma inesperada. Un testigo indicó que solo un milagro lo salvó y fue porque acudió al baño 20 minutos después de entrar. Todos los que lograron oír los disparos corrieron hacia la derecha, y los visitantes que estaban en la entrada fueron fusilados por los militantes.
Según uno de los testimonios recogidos por 'Sputnik', los terroristas estaban "preparados y entrenados. Cuando entraron en el edificio, mataron a los guardias y a las personas que estaban en las puertas. Luego bloquearon la entrada principal". Este testimonio lo corroboró otra fuente citada por otro medio local.
"Nos preparamos para el concierto como de costumbre, sentados en el camerino. Estaba a punto de subir al escenario cuando nuestros músicos corrieron a mi encuentro. Lo primero que pensé fue que había un cortocircuito en alguna parte, porque vi humo. Nunca se sabe qué tipo de historias técnicas hay. Pero entonces escuché gritos y disparos. Me dijeron que volviera al camerino y me atrincherara", afirmó el bajista Marat Korchemny, miembro del grupo Piknik, a un corresponsal del diario 'Pravda'.
Todas las declaraciones recolectadas por los medios locales coincidían en la confusión de los primeros momentos y en lo rápido que ocurrió todo. Uno de los hombres que se encontraba en el pasillo compartió con el medio 'Izvestia' que al principio se escucharon sonidos similares a explosiones de petardos que provenían del vestíbulo.
Al escuchar los disparos en el pasillo, algunos visitantes se escondieron entre los asientos del auditorio, mientras que otros huyeron. Esta persona estaba en un grupo de 20 personas; un guardia de seguridad de la sala de conciertos fue a buscarlos y los llevó al sótano. Explicó que había mucho humo durante la evacuación y se mostró muy agradecido por la ayuda del personal de la sala.
Otro joven detalla el miedo que sintió al perder de vista a su hermano y a su hija durante el ataque: "Lo primero que vi fue a un tipo corriendo hacia el pasillo y empezaron a escucharse disparos. En ese momento nos tumbamos. Pero no sabía dónde estaba mi hermano, ni dónde estaba mi hija y salí corriendo. Había fuego por todas partes. Lo habían hecho para que se quemara todo".
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