Susto en pleno vuelo de un Boeing 878 con 263 pasajeros a bordo. La aeronave experimentó un brusco descenso en el aire. “Vi a mi compañero del pasillo en el techo del avión y pensé que estaba soñando", ha contado un viajero. La Comisión de Investigación de Accidentes de Transporte de Nueva Zelanda trata de aclarar lo sucedido.
Las autoridades aéreas de Nueva Zelanda van a confiscar la grabadora de voz de cabina y la grabadora de datos del vuelo de LATAM Airlines entre Sydney-Auckland en el que 50 personas resultaron heridas, una de ellas de gravedad.
Brian Adam Jokat, canadiense a bordo del avión, ha declarado que "estaba quedándome dormido, sentado junto a la ventana en una fila de tres asientos, y con la sacudida abrí los ojos y vi a mi compañero del pasillo en el techo del avión, que estaba precipitándose (...) Pensé que estaba soñando".
"Todo el avión se quedó congelado", ha dicho otra pasajera a medios neozelandeses de los que se ha hecho eco La Vanguardia, porque pasaban los segundo y desde la cabina no se daba información. "Todos estábamos rezando por los pilotos", ha comentado otro viajero.
El avión de LATAM Airlines cambió repentinamente de dirección. Según página Flightradar, el avión descendió bruscamente unos 100 metros, cayendo repentinamente de una altitud de 41.000 pies.
La Comisión de Investigación de Accidentes de Transporte de Nueva Zelanda ha abierto una investigación en la que también trabajan las autoridades chilenas. Aunque el incidente se produjo en el espacio aéreo internacional, la compañía aérea tiene su base en Chile, donde el aparato debía hacer escalar antes de partir hacia Auckland.
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