En Gaza, el colapso sanitario causado por la invasión israelí provoca situaciones límite. Entre otras, la de tres recién nacidos que tienen que compartir la misma incubadora en un hospital de Rafah, ciudad aneja a la frontera egipcia. Los médicos alertan de los posibles efectos negativos sobre los bebés, pero no tienen otra solución ante la falta de medios. Carencias que se repiten en todos los centros sanitarios de la franja.
Azúcar disuelto en agua o una solución salina. Es todo lo que pueden dar a los bebés en el hospital del norte de Gaza, con continuos cortes de luz. Su médico explica el riesgo de muerte por desnutrición aguda "cuando el cuerpo no recibe carbohidratos, proteinas, vitaminas ni grasas". Y uno de cada seis niños menores de dos años en Gaza ya padece ese grado severo de falta de alimentos.
Vulnerables y expuestos a contagios, los recién nacidos comparten incubadora en el único centro de neonatos de Rafah, desbordado por la presión de los gazatíes desplazados al sur. Esperando en cola, con envases, cazuelas y palanganas, estos niños palestinos consiguen de la beneficiencia la única comida del día a base de lentejas y pasta.
La crisis alimentaria y el deterioro del estado nutricional en Gaza no tienen precedentes a nivel mundial, según la OMS. Hoy Israel ha rechazado la entrada de 14 camiones de ayuda, según el programa mundial de alimentos. La que cae de cielo, como ésta desde aviones franceses, no es suficiente.
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