El asesinato de Maxim Kuzmínov, el piloto ruso que desertó y fue hallado muerto en Alicante, coincide con una advertencia de la inteligencia europea. Desde el organismo aseguran que Moscú está reconstruyendo su red de espías en nuesto continente. Y hay datos llamativos. Hasta 600 agentes fueron expulsados de Europa a raíz de la guerra de Ucrania.
Por eso, ahora mismo Rusia está buscando personas sin ningún tipo de pasado militar para que no sean detectados. Y ahí es donde entra España, porque el CNI ha detectado movimientos de espías rusos desde el pasado verano vinculados a la evolución de la guerra.
En cuanto al piloto desertor ruso asesinado en Villajoyosa, se ha decretado secreto de sumario de la investigación, pero conocemos algunas claves este miércoles: los investigadores saben que el capitán ruso Kuzmínov llevaba casi tres meses residiendo en la costa alicantina bajo una falsa identidad ucraniana. Investigan si viajó solo o acompañado de algún miembro de su familia.
Respecto a los autores materiales del crimen, todo apunta a que fueron dos sicarios que ya no se encontrarían en España y que, para llevar a cabo el asesinato, emplearon la munición habitual de asesinos contratados a sueldo. Detrás de este encargo podrían estar los servicios de inteligencia rusa. El principal error que cometió el piloto y que permitió su identificación, como se sospechaba, fue realizar una llamada a su exnovia, residente en Rusia y que podría haber estado vigilada.
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