Un tiroteo en Kansas City, Misuri, interrumpió el miércoles el desfile de celebración de los Chiefs, campeones de la Super Bowl de fútbol americano. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lamentó el suceso y pidió medidas urgentes para frenar la violencia armada en el país, incluyendo la prohibición de las armas de asalto.
Biden declaró que la Super Bowl es el evento "más unificador" de los estadounidenses y que la celebración de la victoria de los Chiefs debería haber sido un "momento de alegría incomparable para el equipo ganador y sus seguidores". "Que esta alegría se convierta hoy en tragedia en Kansas City cala hondo en el alma estadounidense", expresó.
El mandatario instó inmediatamente a la acción contra la violencia armada. En un comunicado de la Casa Blanca, preguntó: "¿A qué estamos esperando? ¿Qué más necesitamos ver? ¿Cuántas familias más tienen que ser destrozadas?".
Biden reafirmó su propuesta de prohibir las armas de asalto, limitar los cargadores de gran capacidad y reforzar los controles de antecedentes. "Es hora de actuar (...) Sabemos lo que tenemos que hacer, solo necesitamos el valor para hacerlo", afirmó.
Biden recordó otros tiroteos ocurridos en el pasado, como el del instituto Marjory Stoneman Douglas en Parkland, donde murieron 17 personas, o el de la Universidad Estatal de Michigan, donde hubo tres muertos y cinco heridos. Además, durante esta jornada, tres policías en Washington resultaron heridos de bala, y en un suceso separado, cuatro estudiantes resultaron heridos en un tiroteo en el instituto Benjamin Mays de Atlanta.
Subrayó la necesidad de "un país en el que la gente debería tener derecho a ir a la escuela, a ir a la iglesia, a caminar por la calle y a asistir a la celebración de la Super Bowl sin miedo a perder la vida a causa de la violencia armada".
Biden señaló la alarmante cifra de tiroteos masivos en lo que va del año 2024, que evidencian que la violencia armada está arrasando familias y comunidades cada día. Expresó que él y la primera dama, Jill Biden, están rezando por las víctimas y por la voluntad del país para acabar con esta “epidemia sin sentido de violencia armada que nos desgarra”.
El tiroteo en Kansas City dejó al menos un muerto y 22 heridos, entre ellos niños, durante el desfile de celebración de la victoria de los Chiefs en la Super Bowl. Se esperaba la presencia de cerca de un millón de personas, y la policía detuvo a tres sospechosos del ataque.
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