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Cuatro personas han sido detenidas tras el derrumbe de la mina de oro en Turquía en la que nueve trabajadores, --incluyendo al director de la excavación--, quedaron sepultados tras verse sorprendidos por un repentino deslizamiento de tierra.
Tras lo sucedido, un equipo de 800 personas, 32 excavadoras, perros de búsqueda y drones están trabajando contra reloj para intentar rescatar a los desaparecidos, a los que también tratan de localizar utilizando detectores. Cinco de ellos se encontraban en una caseta de obra; los otros cuatro estaban maniobrando con varios camiones que fueron engullidos por la tierra.
Todo se produjo a aproximadamente las 14:00 horas del miércoles, durante un cambio de turno. Fue entonces cuando, sorpresivamente, un enorme alud de tierra y piedras cayó sobre la mina y sobre la zona, ubicada en el distrito de Iliç, en la provincia de Erzincan, en la región este de Anatolia.
"Estamos hablando de un deslizamiento de tierra de 9 a 10 millones de metros cúbicos", ha precisado el ministerio del Interior turco, Ali Yerlikaya, informando en declaraciones a la prensa de la situación.
Tras lo ocurrido, rápidamente la Presidencia de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) movilizó centenares de efectivos para acudir al lugar, donde ahora vigilan “constantemente” científicos y especialistas situados sobre el terreno.
"Lo importante ahora es llegar rápidamente a los ciudadanos que han quedado atrapados y sacarles de forma segura”, dijo el gobernador de Erzincan, Hamza Aydogdu, nada más conocer los hechos, y en ello continúan concentrándose todos los esfuerzos.
Los desaparecidos trabajan para la empresa Anagold, propietaria de la mina de oro. Los cuatro detenidos trabajaban como gerentes y administradores de la compañía, que no es la primera vez que se ve inmersa en la polémica, enfrentando numerosas críticas debido a que la mina, cercana al río Karasu --que da nacimiento al Eúfrates-- sufrió una fuga de cianuro en 2022 que fue posteriormente eliminada.
A este respecto, la empresa emitió un comunicado el miércoles en el que, lamentando lo que calificaba como un “doloroso” incidente, aseguraba que "no hay peligro" después de que colapsaran sus estructuras de lixiviación en pilas tras el corrimiento de tierra.
"Anagold ha iniciado una investigación detallada para determinar las razones del incidente y cómo ocurrió", precisaron.
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