La Justicia iraní ejecutó el lunes a cuatro personas acusadas de trabajar para el Mossad, el servicio de espionaje de Israel, y de planear actos de sabotaje contra el Ministerio de Defensa.
Así lo informó la agencia Mizan, afiliada al Poder Judicial de la República Islámica, tras confirmar que se había rechazado el recurso de los condenados ante el Tribunal Supremo.
Los cuatro individuos habían sido detenidos por las autoridades iraníes en el verano de 2023, después de entrar “ilegalmente” por el Kurdistán iraquí, una región semiautónoma donde Irán había atacado con misiles lo que supuestamente era una base de inteligencia israelí.
El grupo tenía como principal objetivo una fábrica de misiles y material bélico en Najafabad, en la provincia central de Isfahán. También pretendían colocar explosivos en varios sitios para causar una “gran detonación”.
El letrado de los ejecutados, Masud Shams Neyad, criticó que el proceso judicial fue “injusto” y que no se respetaron los derechos de los procesados, según la agencia kurdo-iraquí Rudaw.
Los ejecutados, identificados como Wafa Azarbar, Mohsen Mazlum, Pzham Fathi y Mohamad Faramarzi, eran considerados “presos políticos” y miembros de los ‘peshmerga’, las fuerzas de seguridad del Kurdistán iraquí, de acuerdo con las fuentes regionales y sus familiares, que pudieron verlos antes de la ejecución.
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