Continúa la violencia en Ecuador, donde la tensión sigue siendo máxima en la guerra contra el crimen organizado. El Ejército ecuatoriano trata de tomar el control de las calles en distintas ciudades del país para dar caza a los grupos de narcotraficantes que secuestran y ejecutan rehenes sembrando el terror. Para ello, registran a toda persona sospechosa y arrestan a quienes portan armas, y ya son 329 los “terroristas” detenidos en 24 horas.
Frente al temor de la población, los narcos mantienen su pulso contra el Estado con atentados, asesinatos de policías, motines en las cárceles, quema de automóviles, tiroteos y asaltos múltiples... Se cree que unos 130 funcionarios continúan secuestrados por las bandas, y algunos han sido asesinados.
En Guayaquil hay al menos 11 muertos. La fuga de Fito, uno de los principales líderes de estas bandas, levantó el motín, y el Gobierno de Ecuador, presidido por Daniel Noboa, ofrece recompensa a quien lo encuentre.
Los militares ya han conseguido acabar con una guarida de la banda terrorista ‘Los Tiguerones’, el grupo que asaltó en directo el canal de televisión TC de Guayaquil, y el almirante Jaime Vela, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, ha subrayado que continuarán “quemando” y haciendo desaparecer “los escondites donde los terroristas se esconden después de comer delitos”.
En este escenario, el país vive en estado de excepción y con un toque de queda nocturno entre las once de la noche y las cinco de la mañana. En mitad de una crisis de seguridad penitenciaria, los grupos terroristas, vestidos con camisetas blancas, solicitaban un “acuerdo de paz” al presidente Daniel Noboa a la vez que amenazaban con seguir matando.
“Ofrecemos mil disculpas”, señalaban, añadiendo: “la delincuencia jamás se va a acabar”.
El presidente, por su parte, insiste: “Estamos en un estado de guerra. Estamos en un estado de guerra y no podemos ceder ante estos grupos terroristas”.
Así, para garantizar el control y la seguridad en el país, la policía también protege hospitales, bancos y supermercados.
Mientras, distintos países de Latinoamérica e incluso Estados Unidos y la UE han ofrecido apoyo o se han solidarizado con el pueblo ecuatoriano, siguiendo con estupor y preocupación cómo se están desarrollando los acontecimientos.
Desde Europa, el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha expresado su "profunda preocupación" por el "grave repunte de violencia" y ha señalado que representa un "ataque directo a la democracia y al estado de derecho" en el país andino, por lo que ha prometido que la UE seguirá apoyando al pueblo de Ecuador y a sus instituciones democráticas, mostrando solidaridad con las víctimas de los últimos altercados protagonizados por grupos relacionados con el narcotráfico.
Por su parte, desde la ONU, el secretario general António Guterres ha dicho sentirse "alarmado" por el deterioro de la situación de seguridad en el país y ha condenado “enérgicamente” los "actos criminales de violencia" tras el alzamiento de varios grupos armados.
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