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Ecuador vive un “estado de guerra” en palabras de su presidente, Daniel Noboa. Los grupos armados que controlan la droga y ahora considerados “terroristas” han tomado el control de las calles, que el Ejército trata de recuperar. Alina Manrique, periodista del canal de televisión de Guayaquil secuestrado en directo, cuenta que pensó que “era mi último día en la tierra”.
“Pensé que no iba a volver a ver más a mis hijos, que lo último que mis hijos iban a ver de mi es un cadáver con un disparo en la cabeza o un cadáver con el cuerpo destrozado por las balas”, explica emocionada la periodista de la televisión pública TC de Guayaquil, el estado de Ecuador donde tienen sus bases de operaciones las bandas de narcos.
“Pensaba cosas tan tontas como me voy a tapar la cabeza a ver si me disparan en partes no vitales, me voy a tapar el corazón o el hígado… y sigo viva por mis hijos”, explica.
“Cuando me vieron, el sujeto me arrancó la cadena que llevaba al cuello, me cogió y me llevó a empujones hacia el estudio… A Olali y a José Luis también”, narra Manrique. “Al llegar al estudio vimos a los dos camarógrafos heridos, vimos a personas del control… todos tirados en el suelo, donde nos pusieron a nosotros. Éramos 10/12 rehenes en el estudio mientras se retransmitía en vivo. Ellos estaban envalentonados mientras nosotros nos tomábamos de la mano, rezábamos…”
“Nos dieron cacería, nos buscaron a todos en los huecos donde nos habíamos metido y nos llevaron hacia el estudio, desde donde se estaba transmitiendo con la intención, para mi clara, de que todo el mundo viera lo que eran capaces de hacer: eran capaces de tomar al asalto un canal de televisión y poner de rodillas a 50 periodistas y mostrarlo a una ciudad y a un país”, relata.
“Vi muy de cerca la posibilidad de morir. Cuando el policía me levantó del suelo y me dijo tranquila estás con vida, de verdad que sentí como si volviera a nacer. Sentí como si me dieran una oportunidad después de estar casi muerta”. El grupo de encapuchados, armados con fusiles y granadas, llegaron a apuntar a la cabeza en directo al presentador del programa, una imagen que ha dado la vuelta al mundo.
Finalmente, el Ejército logró convencer a los asaltantes para que depusieran su actitud. Ecuador vive sumido en el caos y la violencia desde que se produjeron motines en varias cárceles y la fuga del Fito, el narco más peligroso del país.
El presidente Daniel Noboa, que llegó al cargo prometiendo acabar con la violencia que supone el narcotráfico, ha decretado el estado de excepción permitiendo a las Fuerzas Armadas que tomen el control de las calles y declarando el toque de queda nocturno.
Ecuador se ha convertido en los últimos años el país más violento de la región, debido al poder alcanzado por las bandas de narcotraficantes. Algunos comparan la situación actual de Ecuador con la de Colombia en la época de Pablo Escobar.
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