Conmoción en Francia. Dos meses después del asesinato del profesor Dominique Bernard a manos de un exalumno musulmán radicalizado en Arrás y tres después del de otro profesor, Samuel Paty, decapitado cerca de París por un joven checheno también radicalizado, una alumna de 12 años ha amenazado a su profesora de inglés con un cuchillo de grandes dimensiones y la ha perseguido por los pasillos del centro educativo con la aparente intención de matarla. Ha ocurrido en Rennes y gracias a que otros docentes lograron desarmar a la estudiante, no ha habido que lamentar víctimas ni heridos.
La estudiante, escolarizada en quinto grado, según fuentes como 'Le Figaro', se presentó sobre las 09:30 horas en el centro armada con un cuchillo de 17 centímetros, según ha apuntado durante una rueda de prensa el fiscal de Rennes, Philippe Astruc, que ha detallado lo que la menor ha dicho antes del grave incidente: "Hoy estoy loca. Quiero matar a alguien hoy. A los estudiantes a los que no les agrado y a la persona que tengo delante (la profesora). Voy a hacer lo mismo que pasó en Arrás".
Después de evacuar la sala, la maestra se quedó sola con la estudiante antes de huir. Mientras la adolescente la seguía, una profesora de español pudo meter a su compañera en su propia clase, salvándole la vida. Luego, el personal del centro educativo arrestó a la joven y la desarmó. Las instalaciones se confinaron antes de que llegaran la policía y los bomberos. La niña se encuentra bajo "custodia judicial" en el hospital psiquiátrico de Pontchaillou.
Por ahora no se han determinado los motivos (el móvil) del ataque. Nada indica una motivación islamista, pero al mencionar el ataque de Arrás no se ha descartado. Una alumna habría informado a los agentes de que la joven habló de una posible venganza porque la profesora de inglés le quitó el teléfono móvil la semana pasada. La agresora, nacida en Marsella de padres refugiados procedentes de Mongolia -llegaron en 2012-, presenta un historial violento. Se trata de determinar ahora su estado psicológico y la sanción administrativa (por edad no incurre en responsabilidad penal).
El incidente se produce en medio de un intenso debate nacional sobre la inmigración en el país. El Parlamento trató una ley sobre la materia, pero no ha tenido luz verde por falta de consenso y alusiones de "inseguridad, violencia y falta de autoridad". Este suceso, a lo que se suma lo ocurrido en Crépol, aumenta las críticas sobre la política migratoria, especialmente desde la extrema derecha.
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