"Está prohibido usar flash": la norma impuesta a los fotógrafos en el último acto de los reyes Felipe y Letizia en Dinamarca
Los reyes Felipe y Letizia han visitado junto a Margarita de Dinamarca la Universidad de Copenhague
En un momento clave de su recorrido se ha advertido a los fotógrafos que no podían utilizar flash
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Intensa segunda jornada de los reyes Felipe y Letizia en Dinamarca. Tras la imponente cena de gala que organizó la reina Margarita en el Palacio de Christiansborg, el martes les esperaba una ajetreada agenda oficial que arrancaba a primera hora de la mañana, con la inauguración por parte del monarca del Foro Empresarial España-Dinamarca.
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Después de este encuentro con empresarios al que también acudió el príncipe Federico, ambos se han reunido con sus respectivas esposas para visitar el Memorial de la Ciudadela, un monumento a los soldados caídos.
Desde allí, los cuatro se han trasladado al Ayuntamiento de Copenhague, donde han sido recibidos por la alcaldesa Sophie Hæstorp Andersen y la reina Margarita, que se ha incorporado a la retahíla de actos que conforman su visita al país escandinavo.
Y ha sido en el acto posterior, el que ha tenido lugar en la Universidad de la capital, cuando el equipo de seguridad que acompañaba a ambas familias reales ha hecho una advertencia a los periodistas gráficos que están cubriendo este viaje de Estado.
El motivo por el que los fotógrafos no han podido utilizar flash
"Está prohibido usar flash", les han impuesto. El motivo de esta norma no era una cuestión estética, sino patrimonial: la de proteger un valioso documento que se encuentra en la cámara de custodia de este edificio y que se ha abierto de forma excepcional para mostrárselo a los reyes Felipe y Letizia. Se trata del Libro de los Epítomes, una valiosa recopilación que data de 1540 que perteneció a Hernando Colón. El hijo ilegítimo y biógrafo del almirante, que poseía en Sevilla la mayor colección privada de libros del siglo XVI, quiso recoger en un solo volumen resúmenes de todas las obras conocidas hasta entonces.
El destino, o más bien la compra por parte de un embajador danés en el siglo XVII, provocó que este ejemplar terminase en Dinamarca, donde permaneció guardado durante siglos entre los archivos del Instituto Armanagnæan, en el Departamento de Estudios y Lenguas Nórdicas de la Universidad de Copenhague. Ha sido recientemente cuando se ha descubierto el valor cultural incalculable que escondía este libro con el que Hernando Colón registró una forma pionera y revolucionaria de organizar los volúmenes que conformaban el catálogo de la Biblioteca Nacional de El Escorial del siglo XVII.
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