Robert Card, el autor de la matanza en el estado de Maine, que dejó 18 muertos en la noche del miércoles, sigue en paradero desconocido. En las últimas horas se ha sabido que tanto familiares suyos como la comunidad de Lewiston están colaborando con las autoridades para tratar de encontrarle.
La Policía estadounidense maneja unas 150 pistas para tratar de dar con el paradero del sospechoso, un militar retirado de 40 años y con antecedentes de problemas de salud mental. Pero por ahora no hay novedades. Algunas fuentes afirman que podría estar por los bosques de Maine, mientras que las búsquedas de los oficiales se han centrado este viernes en el río, cerca de donde se encontró su camioneta con un rifle.
Los investigadores hallaron también en la vivienda del sospechoso una nota -de la que no se ha desvelado su contenido, aunque apuntan al suicidio- y otros objetos personales. El objetivo es tratar de localizarle lo antes posible, dado el peligro que supone que esté armado. Y es que crecen las sospechas de que el hombre conocía a varias de las personas contra las que disparó.
Las autoridades de Lewiston han pedido a la población que permanezca en sus casas encerrados. Los vecinos no pueden ni hacer ofrendas florales en memoria de las víctimas. Todo, en medio de una terrible consternación por los ataques perpetrados.