Yocheved Lifschitz, una de las más de 200 personas que fueron secuestradas por el grupo islamista Hamás durante los ataques del 7 de octubre en Israel, fue liberada el lunes y pudo hablar con su hija Sharone. Según contó Sharone a la BBC Radio 4, su madre está “bien”, y quiere dar información sobre otros rehenes que fueron llevados a Gaza por la fuerza.
Sharone pudo estar una hora con su madre y luego la dejó con su hermano. Dijo que fue una experiencia agotadora para todos y que, aunque se siente aliviada por la liberación de su madre, no puede olvidar que hay otras 200 personas aún retenidas y que la guerra sigue. “Es un pequeño rayo de luz, pero hay una enorme oscuridad y la guerra sigue en marcha”, dijo.
"Ver a mi madre de nuevo es algo increíble", ha mencionado, antes de hablar sobre el vídeo de la liberación de Lifschitz, en el que se puede ver cómo regresa y le da la mano a un miembro de Hamás. "La forma en la que salió y luego volvió para dar las gracias fue bastante increíble. Es muy suyo", ha señalado, antes de lamentar que "aún hay 200 personas allí y no hay que dejarse llevar por la alegría personal, sino trabajar para la liberación de todos".
La familia también está preocupada por el padre de Sharone, que también fue secuestrado y del que no tienen noticias. Sharone explicó que su padre era muy activo en el kibbutz y defendía la paz y la convivencia entre palestinos e israelíes. Dijo que espera que esté bien y que pueda comunicarse, ya que habla árabe con fluidez y tiene contactos en Gaza.
Hamás liberó a Yocheved Lifschitz y a Nurit Cooper el lunes por “motivos de fuerza mayor” y “enfermedad”, según dijo el portavoz militar del grupo islamista, Abú Obeida. Las autoridades israelíes agradecieron el gesto y elogiaron el papel de Egipto y del Comité Internacional de la Cruz Roja en la liberación. Sin embargo, la situación en la región sigue siendo dramática, con un alto número de víctimas y un conflicto que continúa cobrando vidas.