Una de las asistentes al festival que acabó en tragedia en Israel era Shani Louk, la joven alemana residente en el país que se ha convertido en un símbolo del terror de Hamás. Los terroristas difundieron las imágenes de su cuerpo en el maletero de una furgoneta, en la que se la llevaron a Gaza.
Sus rastas y sus tatuajes fueron claves para que su familia pudiera identificarla. Ahora, desde Alemania, sus familiares se aferran a la posibilidad de que se encuentre herida pero viva.
Poco después de que los militantes de una de las Brigadas de Al Qasam, el brazo armado de Hamás, anunciasen que habían secuestrado a varias personas en el territorio al sur de Israel --que ha declarado el estado de guerra--, los familiares de Shani Louk intentaron ponerse en contacto con ella.
Su primo, Tom Weintraub Louk, de 30 años, confirmó al diario ‘The Washington Post’ que su prima estaba desaparecida.
Poco después, comenzaron a circular vídeos en las redes sociales de la oleada de secuestros a civiles. Entre ellos, en uno se observaba el cuerpo semidesnudo de una mujer con el pelo largo con rastas, tatuajes. La trasportaban inconsciente en la parte trasera de una furgoneta de Hamás.
Otro de sus primos, según el mismo medio, la identificó entonces. “La reconocimos por los tatuajes y por las rastas”.