Matt Jackson, afectado por un brote de botulismo mortal en Francia, no puede hablar ni ver ni andar

Matt Jackson, un arquitecto estadounidense, no puede ni andar ni hablar y ha perdido la visión. Es una de las personas que el 5 de septiembre comió sardinas en el restaurante Tchin Tchin Wine Bar, en el centro de Burdeos (Francia), origen del brote de botulismo que ya se ha cobrado la vida de una mujer griega de 32 años. Es el segundo brote de esta enfermedad registrado en Europa este 2023 tras el de España asociado a las tortillas de patatas envasadas.

El hombre, de 41 años de edad, estaba de vacaciones en Francia con Kristy Benner, cuando comenzó a sentirse mal tras haber estado en el restaurante Tchin Tchin Wine Bar tomando vino y sardinas.

El caso de Matt Jakson, diagnosticado de botulismo

En 24 horas, el estado de salud de Matt Jackson se agravó hasta el punto de que tuvo que ser intubado y conectado a una sonda de alimentación, según explican en una página de recaudación de fondos creada por los amigos de la pareja para ayudarles con los gastos médicos, de manutención y de rehabilitación.

En un principio, los médicos le diagnosticaron el síndrome de Guillain-Barré. Sin embargo, poco después Kristy Benner comenzó a sentirse mal y averiguó que este síndrome tiene síntomas muy parecidos con el botulismo.

El lunes 11 de septiembre, los resultados del laboratorio confirmaron que tanto Matt Jackson como Kristy Brenner tenían botulismo. Además, el Hospital Universitario de Burdeos, personas con botulismo habían estado en el mismo bar y tres de ellas estaban en la UCI.

Semanas después, Matt Jackson continúa con respiración artificial. No puede ver, caminar ni hablar y se comunica mediante la escritura, explicó Benner a ‘Le Parisien’.

Sardinas enlatadas, el origen del brote

Al detectarse un posible brote, el Ejército envió el tratamiento para esta toxina y las autoridades francesas advirtieron del brote a las personas que hubiesen estado entre los días 4 y 10 de septiembre en el restaurante. El origen serían unas sardinas enlatadas de forma casera.  

Las autoridades francesas cifran, de momento, en 15 los afectados, uno de los casos mortal, una mujer griega de 32 años que residía en Francia.

El brote habría afectado a varios turistas, según el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC), que informa de que los pacientes serían de nacionalidad estadounidense, británica, canadiense, francesa, alemana, irlandesa y española.

Se trata del segundo brote de botulismo detectado en Europa este año después del notificado en España por el consumo de tortillas envasadas.

El botulismo: qué es y cuáles son sus síntomas

Cabe recordar que el botulismo es una enfermedad grave pero relativamente infrecuente causada por toxinas producidas por 'Clostridium botulinum'. Existen tres formas clínicas de botulismo: la forma clásica o botulismo transmitido por alimentos, el botulismo intestinal y el botulismo por heridas. Todos ellos dan lugar a parálisis flácida por la acción de la neurotoxina botulínica en la unión neuromuscular.

Casi todos los casos esporádicos y brotes tienen relación con productos alimentarios preparados o conservados por métodos que no destruyen las esporas y permiten la formación de toxina, habitualmente conservas caseras, según el Ministerio de Sanidad de España.

Los síntomas del botulismo se inician de forma aguda tras un período de incubación habitual de 12-36 horas, aunque a veces puede llegar a ser de varios días y hasta 1 semana tras la ingesta del alimento. Cuanto más corto es el periodo de incubación más grave es la enfermedad y mayor la letalidad. La clínica consiste en una neuropatía bilateral asociada a una parálisis o debilidad simétrica descendente flácida producida por la acción de la neurotoxina botulínica.

En el botulismo transmitido por alimentos, aunque la persona puede presentar síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarrea, los síntomas iniciales son una marcada astenia, debilidad y vértigo seguidos de visión borrosa, boca seca, dificultad para tragar y para hablar como consecuencia de la afectación por la toxina de los pares craneales.

La parálisis de los músculos respiratorios puede requerir la instauración de ventilación mecánica. La mayoría de los casos se recuperan si son diagnosticados y tratados precozmente.