En tiempos de guerra, la paz mental puede ser un refugio. Esa es la idea de un instructor de yoga en la localidad ucraniana de Kramatorsk que imparte clases a sus alumnos para ayudarles a reducir el estrés causado por la invasión de Rusia.
A sus 52 años, Serhii Zaloznyi prepara a conciencia el aula, instalada en un sótano de la ciudad. Música relajante, esterillas y muchas dosis de tranquilidad para que el sonido de los bombardeos no altere la práctica.
"No hay guerra en el corazón, no hay guerra en nuestras almas. Tenemos paz en nuestros corazones y paz en nuestros espíritus, y el objetivo es extender esta paz a nuestros seres queridos, nuestra familia y a todos los que nos rodean", asegura Zaloznyi.
Mientras, las autoridades de Ucrania han denunciado este domingo daños en un granero en la ciudad de Odesa a causa de un nuevo ataque ejecutado por el Ejército de Rusia, si bien han recalcado que el suceso se ha saldado sin víctimas.
El gobernador de Odesa, Oleg Kiper, ha especificado en un mensaje en su cuenta en Telegram que "las fuerzas de defensa aérea han destruido dos drones y cinco misiles", si bien ha confirmado que, pese a ello, varios han impactado en Bereziv.
"Los terroristas rusos han dañado infraestructura agrícola, terrenos y un almacén de grano. Afortunadamente, no hay víctimas", ha manifestado, antes de especificar que los servicios oficiales "trabajan en el lugar".
Odesa, la tercera ciudad más grande de Ucrania, ha sufrido de forma periódica ataques de las Fuerzas Armadas rusas, que se han intensificado desde mediados de julio, cuando Moscú rompió el acuerdo para la exportación de cereales a través del mar Negro.