Los gritos y la desesperación de una mujer reflejan la angustia que están viviendo cientos de familias en Marruecos. Tras escarbar durante ocho horas entre los escombros, una veintena de rescatistas, sin apenas recursos, acaban de sacar el cuerpo sin vida de su padre.
Demasiado dolor para alguien que ha perdido de repente a la mayor parte de su familia a causa del terremoto. Además de su progenitor, su madre, un hijo, su marido, dos hermanos y una cuñada quedaron sepultados en sus casas, arrasadas como otras muchas de la aldea de Tasmert cuando tembló la tierra.