Un dron suicida ha atacado un cuartel general checheno en una zona tomada por los rusos y donde se encuentra la central nuclear de Zaporiyia, en Ucrania. Una cámara de seguridad grabó cómo una mujer se salvó por muy poco de la explosión, segundos antes de que entrara en el edificio. Los drones se han convertido en el arma más importante de esta guerra.
Son cada vez más rápidos, ligeros y silenciosos. Las Fuerzas de Operaciones Especiales ucranianas han difundido imágenes de un ataque de sus aviones no tripulados que, a diferencia de los drones kamikaze que usa Rusia, son reutilizables y lo más importante, de fabricación propia.
Los drones 'The Punisher' trabajan sin cesar: se han convertido en uno de los mayores peligros para los rusos en el frente de batalla. Max, veterano de la primera Guerra del Donbás, es uno de sus creadores. Lleva una carga 2,5 kilos de explosivo. Es capaz de destruir un área de 34 metros cuadrados. El 'The Punisher' tiene un radio de acción de hasta 45 kilómetros. Son silenciosos y reutilizables, no como los drones kamikaze.
Una de las grandes ventajas del 'The Punisher' es que en tan solo siete minutos y con tres personas -nada más- pueden ensamblar el dron, montar la lanzadera y comenzar la misión. Además de ser muy económicos, son altamente efectivos. "Nuestros objetivos son depósitos de municiones, baterías antiaéreas, artillería enemiga y puestos de mando rusos", explica Max.
Cada uno de los drones 'The Punisher' cuesta unos 50.000 dólares. Su mayor enemigo son los sistemas de guerra electrónica, para los que ya han diseñado un nuevo GPS. De momento, solo los tiene el Ejército Ucraniano.