Por tercera vez en cuatro meses, Donald Trump ha comparecido ante la justicia. Y por tercera vez se ha declarado no culpable. El expresidente de Estados Unidos se ha presentado ante la jueza Tanya Chutkan en el Tribunal de Distrito de Washington donde ha escuchado los cuatro cargos de los que se le acusa por intentar revertir el resultado de las elecciones de noviembre de 2020, que culminó con el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. Los cuatro cargos son: conspiración para defraudar al Gobierno estadounidense, obstrucción de un procedimiento legal, manipulación de testigos y conspiración para violar derechos civiles.
Esta es la acusación más seria contra Trump, pero según los expertos, es también la más difícil de probar. ¿Afectará a sus aspiraciones presidenciales? Al candidato republicano, de momento, no le pasan factura sus problemas legales sino todo lo contrario.
Una reciente encuesta del diario The New York Times refleja que Trump sacaría 37 puntos de ventaja a su principal rival en las primarias republicanas, Ron DeSantis. Una ventaja que era de solo dos puntos a mediados de febrero. En estos meses, la estrella del gobernador DeSantis se ha desvanecido mientras que el apoyo a Trump coge cada vez más impulso. Tanto que hasta una hipotética batalla entre el presidente Biden y Trump en las presidenciales de 2024 sería muy reñida, según el mismo sondeo del diario estadounidense.
De momento, la estrategia del republicano en campaña es aceptar las investigaciones como prueba de una persecución política, de una conspiración de la Administración Biden para evitar su reelección en 2024. "Si no puedes vencer a tu oponente, lo persigues o lo procesas", ha afirmado el exmandatario en el aeropuerto de Washington tras comparecer ante el tribunal, según ha recogido la cadena CNN. Un mensaje que cala entre sus seguidores.
Trump se presenta como un mártir de un sistema corrupto y en numerosas ocasiones ha reiterado que es víctima de "una caza de brujas". "Si los comunistas se salen con esta, no pararán conmigo. No dudarán en aumentar su persecución de los cristianos, los activistas provida, los padres que atienden a las reuniones de las juntas escolares e, incluso, futuros candidatos republicanos", defendió Trump, de 77 años, hace un par de meses tras ser imputado por el caso de los más de 300 documentos clasificados que se llevó de la Casa Blanca a su mansión de Mar-a-Lago, en Florida, cuando dejó la presidencia del país.
"Obviamente, todo esto es un intento descarado de sacar al señor Trump de la carrera presidencial", aseguraba Rom Solene, de 61 años, y partidario de Trump. El vínculo creado entre Trump y sus seguidores es difícil de romper. "Ven el mundo a través de sus ojos. Sus bases creen que ha sido agraviado y que las acusaciones tienen motivaciones políticas", asegura Clifford Young de Ipsos, el líder mundial en investigación de mercado a la BBC. Un vínculo que equivaldría al 40%-45% del electorado republicano.
En las elecciones de 2016 que le llevaron a la Casa Blanca, Trump se erigió como un candidato outsider, fuera del sistema, en contra del establishment (la clase dirigente) y los medios de comunicación tradicionales. El magnate supo cómo capitalizar ese descontento y sus partidarios le aclamaban, aunque en sus discursos denigrara a mujeres, migrantes o discapacitados.
Trump por el momento sigue siendo el gran favorito entre los republicanos y el candidato que más dinero recauda. Su comité de recaudación de fondos ingresó más de 54 millones de dólares en el primer semestre del año, siete millones solo en la primera semana tras conocerse la primera imputación contra el magnate. Eso sí, sus problemas legales están vaciando las arcas.
El exmandatario afrontará el próximo año tres juicios por delitos federales, algo sin precedentes para un presidente o expresidente de Estados Unidos. El único que ya tiene una fecha fijada es el caso de los pagos en negro a la estrella porno Stormy Daniels, con la que tuvo una relación extramatrimonial. Comenzará el 25 de marzo de 2024. A estas imputaciones se podría sumar una cuarta por la investigación de Georgia sobre el intento de revertir los resultados electorales de las presidenciales de 2020 en ese estado. Además tiene varios frentes abiertos por delitos de tipo político, económico y sexual.
Si Trump es declarado culpable, e incluso encarcelado, podría ser reelegido en las elecciones presidenciales de 2024. La Constitución no contempla lo contrario. La única posibilidad que cabe para frenar su carrera a la Casa Blanca es que le condenen por incitar a la rebelión, según recoge la enmienda 14 de la Carta Magna del país, pero los expertos aseguran que es poco probable.
De hecho, no sería la primera campaña electoral con un aspirante en prisión. En 1920 el candidato a la Casa Blanca, el socialista Eugene Debs, se presentó a los comicios y obtuvo casi un millón de votos mientras estaba en una cárcel en Atlanta tras haber sido condenado por sedición en 1918 por protestar por la implicación de EE.UU. en la Primera Guerra Mundial.