¿Por qué la contraofensiva ucraniana, iniciada hace seis semanas, es mucho más lenta de lo previsto? ¿A qué se debe que la maquinaria militar suministrada por Occidente no haya conseguido, aún, inclinar la balanza en el intento de Ucrania de recuperar territorio frente a Rusia en el este y el sur del país? El general a cargo de esa contraofensiva en el frente sur, Oleksandr Tarnavskyi, ha reconocido que las defensas rusas están resistiendo el avance de las fuerzas militares de Kiev, que incluyen tanques y vehículos blindados occidentales. Las tropas ucranianas se enfrentan a un obstáculo desalentador: los enormes y letales campos de minas.
"Están por todas partes, cada medio metro hay minas", afirma un comandante a Financial Times. Sus efectos son devastadores para la moral de los soldados ucranianos. Para recuperar territorio deben atravesar kilómetros de campos abiertos salpicados de miles de minas: antitanque, antipersona... y todo tipo de trampas explosivas.
Esta misma semana, la agencia nuclear de la ONU ha alertado de la existencia de minas en el entorno de la central nuclear de Zaporiyia, al sur del país. En ese caso, Rusia ha justificado la colocación de esos explosivos por motivos militares.
Las minas sembradas por Moscú en el campo de batalla se han convertido en una pesadilla para los soldados ucranianos. Un duro vídeo difundido en redes sociales hace un mes mostraba el momento en el que uno de ellos resultaba herido al pisar uno de esos artefactos.
En los meses previos al lanzamiento de la contraofensiva, los soldados rusos diseminaron todo tipo de minas sobre el terreno. "Son trincheras de minas. Están usando algunas activadas por control remoto y formas muy creativas para causar problemas a las tropas ucranianas", asegura un experto a Financial Times.
Un piloto de drones ucraniano le explicaba a la cadena BBC el uso de esos explosivos controlados remotamente: "Cuando nuestros soldados llegan a las trincheras, presionan un botón y la mina explota, matando a los nuestros".
Además de ralentizar el avance de Kiev, la táctica de Moscú agudiza el terror psicológico entre los soldados de primera línea en la región sur de Zaporiyia o en la de Donetsk, al este del país.
Pese a que los blindados occidentales (como los estadounidenses vehículos de combate Bradley o los carros de combate alemanes Leopard 2) proporcionan una mayor protección a las tropas ucranianas, las hileras de minas parecen conseguir el objetivo de Moscú. "Es muy difícil porque hay demasiadas", dice a la BBC un comandante que lucha en el frente sur y que relata que a menudo se encuentran cuatro hileras de campos minados frente a las líneas defensivas rusas.
El Ejército ucraniano pide que los aliados occidentales suministren más equipos especializados para la limpieza de esas minas, como los sistemas M58 Mine Clearing Line Charge (MICLIC). Estados Unidos ya ha hecho llegar algunos, pero no son suficientes.
En el frente sur, las tropas de Kiev están utilizando, algunos de sus tanques más antiguos de la era soviética para limpiar esos campos minados, informa la BBC. Pero, según algunos testimonios, las fuerzas rusas vuelven a colocar nuevas minas con lanzamiento de cohetes en zonas que ya han sido limpiadas por las tropas ucranianas. El tiempo que las fuerzas ucranianas emplean en avanzar, muy poco a poco, es el tiempo que Moscu se ocupa en reforzar la siguiente línea de minas.
Testimonios de médicos en hospitales militares reflejan las consecuencias humanas de la táctica empleada por las fuerzas de Vladimir Putin.Ahora, 17 meses después del inicio de la invasión, las heridas son causadas principalmente por las minas. Esto implica numerosas cirugías diarias, la mayoría amputaciones por las explosiones.
"Son personas que están limpiando campos de minas y se están muriendo", ha dicho el general Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto.
Pese a todo, Estados Unidos ha asegurado esta semana que la contraofensiva "no está en punto muerto". El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, ha afirmado que "los ucranianos se están moviendo". Aunque ha reconocido: "El propio presidente Zelenski ha dicho que la ofensiva no está progresando tan rápido como le gustaría. Estados Unidos no tiene nada más que añadir".
El Instituto para el Estudio de Guerra ha asegurado que las fuerzas ucranianas parecen haber roto "ciertas posiciones defensivas rusas que estaban preparadas de antemano".
Según el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, la contraofensiva estaba en sus inicios y tomará forma durante "varios meses".