Las olas de calor extremo, que no dejan de causar estragos, multiplicando el riesgo de incendios como los que abrasan al sur de Europa e intensificando distintos fenómenos, están también dejando su impacto en la fauna. Prueba de ello es un vídeo viral difundido desde Argelia, donde un hombre da de beber a un águila sedienta con una botella de agua.
La majestuosa ave había dejado de volar y parecía mostrar signos de debilidad, dejando incluso acariciarse por él después de que este, vertiendo el agua cuidadosamente hacia su pico, le refrescase.
Tras la difusión de estas imágenes, el clip ha dado la vuelta al mundo a través de las redes sociales, desde donde son muchos los que apuntan a las consecuencias del cambio climático, del que recientemente han vuelto a alertar, una vez más, científicos y expertos.
Concretamente, en un estudio divulgado esta semana por el grupo World Weather Attribution (WWA, por sus siglas en inglés), han alertado de que estas terribles olas de calor que han sacudido a múltiples rincones del mundo están relacionadas directamente con la acción humana y se deben al cambio climático, por lo que alertan que, de seguir así, seguirán llegando eventos aún peores y más extremos, y por tanto, incluso más mortales.
En ese contexto, subrayan que es más que urgente reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y llevar a cabo planes de acción contra el calor.
El equipo de científicos involucrado en el estudio alerta de que las olas de calor han sido 2,5ºC mayores en el sur de Europa, 2ºC más calurosas en América del Norte y 2ºC más en China, en comparación con lo que habrían sido si el hombre no hubiese contribuido al cambio climático con las emisiones.
En esa línea, advierten de que estos eventos van a ser cada vez más comunes, duraderos y calurosos. Si la temperatura promedio mundial aumenta dos grados por encima de los niveles preindustriales, se producirán olas de calor cada dos a cinco años, especifican.