Ni Japón se libra estos días de un inusual y sofocante calor con unas temperaturas a las que no están acostumbrados. En ciudades como Tokio y Kyoto se han alcanzado los 38 grados centígrados, un valor que resulta raro para las máximas que suelen tener. Una prueba más del cambio climático puesto que, durante la primera quincena de julio, al menos cinco personas perdían la vida por las fuertes lluvias en el sur del país asiático.
Dicha situación estival dificulta a los japoneses realizar su vida con normalidad, por lo que intentan combatir el calor con parasoles, abanicos y mucha agua. Un total de 58 regiones niponas están en alerta por calor extremo en uno de los veranos más tórridos que allí recuerdan.