Natalia Bochkareva -hija de Vasily Bochkarez (un exaliado de Putin)- ha aparecido muerta en su apartamento de Moscú, en el distrito Presnensky. El conserje fue quien avisó a la policía tras ver que la joven no abría la puerta. Según los informes policiales, no hubo señales de una muerte violenta. Pero existe una larga lista de fallecimientos “sospechosos” y desapariciones, sobre todo después del comienzo de la guerra con Ucrania, la aparición del Grupo Wagner y las implicaciones de Estados Unidos.

Bochkareva, de 44 años, se dedicaba a administrar los negocios familiares, relacionados con la madera y la gestión de una panadería, después de que su padre falleciese por cáncer de pulmón a los 67 años. Pero hace dos años se convirtió en noticia tras ser víctima de una estafa- de más de 157.000 euros- por parte de un adivino al que contrató para “eliminar una maldición”. Tras coger el dinero, desapareció y no cumplió con el trato, así lo informó Daily Mail.

Con el aumento de las tensiones entre Rusia y Ucrania, el país ruso se ha visto envuelto en una serie de muertes “sospechosas” relacionadas con el sector energético. Magomed Abdulayev, de 61 años, murió tras ser atropellado por un coche en Makhachkala en el Mar Caspio. Mientras que Ucrania sugirió que se trataba de “otra muerte misteriosa”, los medios rusos informaron que tan solo fue un accidente que ocurrió “por estar en el lugar equivocado”.

Nikolay Petrunin, conocido como el “Gas Wonderkid”, falleció con 47 años después de estar en coma durante un mes. Se informó que el ex alto ejecutivo de la industria del gas murió a causa de las complicaciones por el Covid. Se trataba de un multimillonario que también era vicepresidente del Comité de Energía del parlamento ruso y un “protegido político”. Sus negocios construyeron gasoductos para los principales operadores de energía rusos y tenía vínculos con Gazprom, el gigante del gas del Kremlin que priva a Occidente de los suministros rusos.

Alexander Tylakov, un alto funcionario financiero y de seguridad de Gazprom, fue encontrado muerto- a los 61 años- con una soga. El suceso ocurrió un día después de que Putin invadiera Ucrania. Según los informes, “fue brutalmente golpeado antes de que “se quitara la vida”. Leonid Shulman, jefe de transporte de Gazprom, falleció a causa de las múltiples puñaladas que recibió en su casa en Leningrado.

Alexander Subbotin, un multimillonario vinculado a la empresa energética Lukoil y amigo del Kremlin, fue encontrado sin vida tras inyectarse veneno de sapo para “seguir el consejo de los chamanes”. Ravil Maganov, magnate petrolero de 67 años, falleció tras caer desde la ventana del sexto piso de un hospital en Moscú. El informe sostiene que fue “golpeado” antes de la caída, pero no está confirmado por las fuentes oficiales.