El pasado jueves un granero ubicado en Wisconsin, Estados Unidos, comenzó a arder por culpa de un incendio no intencionado. Dentro quedaron atrapadas tres vacas. Lo que pudo acabar de forma trágica acabó teniendo un final feliz, puesto que un oficial de Policía que pasaba por allí en coche vio el humo y las llamas y optó por parar. Se acercó y decidió entrar al lugar para comprobar que nadie resultara herido. En cuanto el agente vio a los tres animales que trataban de huir, comenzó por intentar a abrirles la puerta. Después de varios intentos, el hombre lo consiguió y las vacas pudieron salir del lugar y ponerse a salvo.