Las conexiones del jefe de Wagner con la élite militar rusa complican la purga de Putin

El fracasado motín de Yevguéni Prigozhin, y sus mercenarios de Wagner, ha supuesto la mayor amenaza para Vladímir Putin en sus 23 años en el poder. Una semana después, el presidente de Rusia ha tratado de imponer su control y contrarrestar su imagen de debilidad mostrándose cercano y popular, de puertas para afuera, y acometiendo su primera gran purga en el ejército, de puertas para dentro.

Las profundas conexiones de Prigozhin con las élites rusas están complicando sus esfuerzos por castigar a las personas de su entorno que permitieron la rebelión. De momento ha trascendido una detención: la del general Serguéi Surovikin, el que fuera máximo responsable militar de la guerra en Ucrania hasta enero, quien llevaba en paradero desconocido desde el pasado sábado cuando apareció en un vídeo suplicando a los rebeldes que se retiraran. The New York Times reveló esta semana que Surovikin conocía los planes de Prigozhin, pero no advirtió al Kremlin de estas amenazas.

Prigozhin y Surovikin son viejos conocidos; habían gestionado juntos las intervenciones militares rusas en Siria. Surovikin, conocido como el general Armagedón por sus tácticas despiadadas precisamente en Siria, era considerado miembro VIP de la compañía privada militar Wagner. Y no solo él. Su nombre figura con el de al menos otros 30 altos funcionarios militares y de inteligencia rusos, según unos documentos a los que ha tenido acceso CNN y que plantean dudas sobre la cercanía de los altos mandos militares rusos con Wagner.

Las conexiones de Prigozhin

El jefe de Wagner labró sus contactos con la cúpula del Kremlin como hostelero, tras iniciarse vendiendo perritos calientes. Creó una red de conexiones que comenzó cuando dirigía restaurantes de lujo y ofrecía banquetes en San Petersburgo en la década de los noventa. Durante muchos años fue considerado el restaurador favorito de Putin, propietario de varios restaurantes y de un boyante negocio de cáterin. En 2014, se pasó al negocio armamentístico y creó su equipo de mercenarios, con el respaldo de Moscú.

Tras una carrera en la sombra, Prigozhin se convirtió en una figura pública el año pasado con la invasión de Ucrania, presentándose como un líder mercenario de discurso duro, mucho más eficaz que los militares tradicionales. A menudo menospreciaba a líderes militares como Serguéi Shoigu, ministro de Defensa ruso. Durante el año 2022, algunos pesos pesados quisieron demostrar su patriotismo sumándose al carro de Prigozhin, según Reuters.

Hasta Nikolai Peskov, de 33 años e hijo de Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, presumió de haberse alistado en una unidad de artillería del grupo Wagner y de haber ganado una medalla "al valor". El joven declaró al tabloide moscovita KP que había servido porque lo consideraba su deber. "Era mi deber... No podía sentarme a un lado viendo cómo mis amigos y otros se iban", señaló.

Shoigu y Gerasimov, en el objetivo de Prigozhin

Pero, ¿quién se pronunció a favor de Putin y quién permaneció en silencio durante la rebelión? Nada se sabe tampoco del paradero del jefe de personal de las fuerzas armadas, el general Valery Gerasimov. No ha aparecido en público ni en la televisión estatal desde el motín abortado el sábado, cuando Prigozhin exigió la entrega de Gerasimov, según Reuters. Gerasimov, de 67 años, sustituyó a Surovikin como comandante de la guerra de Rusia en Ucrania.

Algunos analistas políticos y militares rusos y occidentales creen que el objetivo de Prigozhin, ahora exiliado en Bielorrusia, era lograr que Putin relevara del cargo a Gerasimov y al ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, un veterano aliado de Putin, por la incompetencia de ambos en Ucrania. "Creo que él (Prigozhin) realmente esperaba que se hiciera algo con Shoigu y Gerasimov, que Putin fallara a su favor", escribió en Twitter Michael Kofman, un especialista militar ruso en el grupo de expertos Carnegie Endowment.

Rybar, un canal influyente en la aplicación de mensajería Telegram dirigido por un exjefe de prensa del Ministerio de Defensa ruso, aseguró que las autoridades estaban tratando de eliminar al personal militar que había mostrado "falta de decisión" para detener a los combatientes de Wagner en la etapa inicial de la rebelión. "La insurgencia armada de la compañía militar privada Wagner se ha convertido en un pretexto para una purga masiva en las filas de las fuerzas armadas rusas", dijo Rybar. Si se confirma, podría alterar la forma en que Rusia libra su guerra en Ucrania, y consolidar o elevar a otras figuras militares consideradas leales.