Debate en la Red por la decisión de una mujer de divorciarse de su marido enfermo de cáncer
Una mujer crea polémica en redes tras explicar que pidió el divorcio a su marido, enfermo de cáncer: la historia se ha hecho viral
Yana Fry se casó cuando tenía 22 años y su esposo, 37. Tres meses después del enlace le diagnosticaron un cáncer testicular
Esta mujer estadounidense nacida en Rusia dejó a su marido moribundo; ahora tiene 40 años y es 'coach' de vida en Singapur
Yana Fry, una mujer de origen ruso, nacida en San Petersburgo, y nacionalidad estadounidense, ha sembrado el debate en redes sociales por una decisión que tomó hace ya unos cuantos lustros. La polémica ha llegado hasta tal punto que su historia, recogida por numerosos medios extranjeros, se ha hecho viral.
Fry tenía apenas 22 años cuando, en su deseo de formar una familia y tener hijos, contrajo matrimonio con un hombre de 37 años, 15 mayor que ella. Poco después del enlace, concretamente a los tres meses, le diagnosticaron un cáncer testicular. Y todos sus planes de vida se derrumbaron.
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Yana Fry lamenta la autocompasión constante de su exmarido
Yana explica que ambos estuvieron luchando contra la enfermedad durante cinco años y, según recoge 'Daily Mail', nadie se ofreció a brindarle apoyo durante ese tiempo, "en el que vimos a diferentes médicos". Además, se sentía muy sola: "'Estaba aprendiendo inglés en ese momento. No tenía amigos ni parientes".
La mujer, que entonces vivía con su marido en Nueva York, subraya la negatividad de éste incluso en los años previos a que le detectaran la enfermedad: "Realmente no podíamos pensar en nuestro futuro".
"La gente reacciona de dos maneras a las enfermedades críticas, lo he visto una y otra vez. Están quienes, como mi exesposo, se ahogan en la autocompasión. Y quienes, en cambio, se preocupan incluso por aquellos que les rodean", señala Fry.
Aunque el hombre se sometió a todos los tratamientos, el cáncer empeoró. "Comenzó a cambiar la dinámica dentro de nuestra relación y fui perdiendo la esperanza", recuerda Yana, añadiendo que fue una terrible noticia, el suicidio de un amigo suyo, lo que le hizo abrir los ojos y pensar que "si no me salvaba, probablemente iba a morir".
Fry, quien admite que llegó a pensar en quitarse la vida tras acudir a su "primer e impactante funeral", optó por solicitar el divorcio a su esposo, dejándole atónito tanto a él como a toda su familia, empezando por sus entonces suegros.
La estadounidense destaca que "lo más difícil fue la reacción de la sociedad, que no esperaba". Asegura que las personas le mandaron "mensajes horribles" diciéndole que la familia "estaba decepcionada" con ella y con su comportamiento.
Supo de la muerte de su exesposo por un mensaje en Facebook
Poco después supo que su exmarido, con quien dejó de hablar, se casó de nuevo dos años antes de morir. "Me enteré por Facebook de su fallecimiento. Había una foto de él colgada por un amigo común y decía: 'Descansa en paz'. Mi primera reacción fue: 'Debes estar bromeando'. Alguien me habría llamado y me lo habría dicho. Pero nadie lo hizo", rememora.
Después de ese complicado episodio en su vida, Fry decidió dejarlo todo y se mudó a Singapur, donde ahora, a sus 40 años, trabaja como 'coach' (entrenadora) de vida. También volvió a pasar por el altar y afirma que no se arrepiente de haber dejado a su esposo moribundo.
Por otra parte, indica que pasó varios años en terapia tratando de superar lo ocurrido y aprendiendo que "no soy una persona horrible". "Siento que a nosotras, especialmente a las mujeres, nos crían con la mentalidad de servir a los demás. Pero cuando vas en contra, aprendes mucho sobre la resiliencia y la autoconciencia", concluye Yana.