Miami se ha blindado para la segunda comparecencia de Donald Trump ante la Justicia en menos de tres meses y la primera imputación federal de un expresidente de Estados Unidos. Trump está acusado de 37 cargos penales por siete delitos relacionados con los más de 300 documentos clasificados hallados en su casa de Mar-a-Lago, en Florida, tras abandonar la Casa Blanca.
El pasado mes de abril en Nueva York, el magnate fue acusado de 34 delitos por silenciar con dinero su relación con la actriz porno Stormy Daniels y falsificar los registros comerciales. Un caso a nivel estatal y mucho menos grave del que se enfrenta ahora.
Trump se enfrenta a 37 cargos por siete delitos penales:
Entre los documentos secretos, hay sesiones informativas de inteligencia de la Casa Blanca, incluidos algunos que detallan las capacidades militares y nucleares tanto de Estados Unidos como de otros países. Los fiscales alegan que Trump mostró esos documentos a personas que no tenían autorización para revisarlos y luego trató de ocultarlos a sus propios abogados. Los cargos principales conllevan penas de hasta 20 años de prisión.
El pasado jueves, Trump, en su red social Truth Social, aseguró tras su imputación que era "un DÍA OSCURO para los Estados Unidos de América". "Soy inocente y lo demostraremos muy, muy sólidamente y, con suerte, muy rápido". A los 20 minutos de dar la noticia, su campaña presidencial de 2024 envió una misiva de recaudación de fondos solicitando apoyo financiero.
El viernes continuó en redes sociales arremetiendo contra el fiscal especial que investigó el caso, etiquetando la investigación como una "CAZA DE BRUJAS". "Me persiguen a mí para ocultar la corrupción de Biden", subrayó durante una entrevista telefónica a Americano Media a su llegada a Miami.
El Departamento de Justicia confirmó la imputación del magnate el viernes. El fiscal especial Jack Smith, quien presentó los cargos, hizo su primera declaración pública y aseguró a los periodistas en Washington que el país tiene "un conjunto de leyes y se aplican a todos". Aseguró que los fiscales buscarían un juicio rápido.
Finalmente el juez magistrado Jonathan Goodman se encarga de leer los cargos a Trump, de su comparecencia y posible fianza, y no la jueza Aileen Cannon, a quien se le asignó el caso por azar. Cannon fue nombrada por Trump pero seguirá como juez principal. Cuando fue acusado por el fiscal del distrito de Manhattan en el caso de Nueva York, Trump se entregó a las autoridades, donde le hicieron la ficha policial a puerta cerrada y apareció en la sala del tribunal, sentado con sus abogados en la mesa de la defensa.
Sí, pero las circunstancias de sus casos son muy diferentes, según AP. Después de que se encontraron documentos clasificados en la casa y la antigua oficina de Biden en Delaware y en la casa del exvicepresidente Mike Pence en Indiana, sus abogados lo notificaron a las autoridades y rápidamente se encargaron de entregarlos. También autorizaron a las autoridades otros registros para buscar documentos adicionales.
No hay indicios de que ninguno de los dos estuviera al tanto de la existencia de esos documentos o de que intentaran ocultarlos. Eso es importante a la hora de que el Departamento de Justicia decida presentar cargos penales. En caso de que ocurriera, Biden tiene inmunidad mientras sea presidente y a Pence, ya le informaron que no presentarían cargos contra él.
Ni la imputación ni la condena le impedirían postularse y ganar la presidencia en 2024. La Constitución de Estados Unidos no lo contempla. La única posibilidad que cabe para frenar su carrera a la Casa Blanca es que le condenen por incitar a la rebelión, según recoge la enmienda 14 de la carta magna, pero los expertos aseguran que es poco probable. Lo que sí está claro es que esta imputación acentúa, aún más, la división entre los estadounidenses.
Y como ya ocurrió tras el caso de Nueva York, los cargos le beneficiaron a la hora de recaudar fondos. La campaña anunció que había logrado más de 4 millones de dólares en las 24 horas posteriores a la imputación, superando con creces su récord anterior después de que el FBI registrara Mar-a-Lago.