Rusia continúa intensificando sus ataques en las últimas semanas. Desde Dnipro a Kiev, las fuerzas de Vladímir Putin continúan causando el terror entre la población y aseguran, de hecho, haber frustrado una ofensiva a gran escala del Ejército de Ucrania. “El enemigo no ha logrado sus objetivos, no ha tenido éxito", aseguran desde el Kremlin, con toda la atención puesta precisamente en la contraofensiva ucraniana anunciada por el propio Volodímir Zelenski.
Según el portavoz de las Fuerzas Armadas rusas, Igor Konashenkov, Kiev lanzó el domingo "una ofensiva a gran escala contra cinco sectores del frente en dirección a Yuzhno-Donetsk" con el objetivo de "romper las defensas en el sector más vulnerable", algo que, ha señalado, han repelido con éxito.
Konashenkov ha precisado que las pérdidas del Ejército ucraniano han ascendido a más de 250 efectivos, 51 vehículos blindados de combate, 16 tanques y tres vehículos de combate de infantería.
Entre tanto, el presidente ucraniano asegura que el país ya está dispuesto y preparado para llevar a cabo la esperada contraofensiva. Por razones obvias, no ha desvelado cuándo se hará, pero continúan aglutinando tropas y reclamando ayuda militar a Occidente.
“El enemigo sigue centrando sus principales esfuerzos en los intentos de ocupar totalmente las provincias de Lugansk y Donetsk", ha señalado el Estado Mayor del Ejército de Ucrania, que incide en que el domingo la Fuerza Aérea ucraniana llevó a cabo 15 bombardeos contra "puntos de concentración de tropas enemigas", puestos de mando y almacenes de municiones, entre otros objetivos.
Según sus datos, más de 210.000 combatientes rusos han sido "liquidados" desde el inicio de la invasión, en febrero de 2022.
"Alrededor de 210.350 personas han sido liquidadas", especifican, precisando que 410 han caído durante las últimas 24 horas de enfrentamientos; cifra que dista mucho de la reconocida hasta ahora por Moscú.
Del mismo modo, las fuerzas ucranianas apuntan que desde el inicio de la guerra han sido destruidos 3.848 carros de combate, 3.567 sistemas de artillería, 349 sistemas de defensa antiaérea, 313 aviones, 298 helicópteros, 3.189 drones, 1.136 misiles de crucero, 18 embarcaciones, 6.312 vehículos y tanques de combustible y 484 piezas de "equipamiento especial".
"Rusia continúa su guerra de agresión a costa de sufrir grandes pérdidas", señala el Estado Mayor del Ejército ucraniano, apuntando que durante la jornada del domingo los de Vladímir Putin han realizado ataques con misiles de crucero, drones, bombardeos y ataques con artillería.
Paralelamente, en Rusia, las autoridades han suspendido el tráfico en un punto de la carretera que conecta la capital, Moscú, con la frontera con Ucrania a su paso por la región de Kaluga a causa del impacto de “dos drones nazis”.
"A juzgar por el color, pertenece al Batallón Azov. Gracias por su servicio a la Guardia Fronteriza y el Ejército", ha dicho el gobernador de Kaluga, Vladislav Shapsha, que precisaba que "dos aparatos no tripulados han caído en el kilómetro 299 y el kilómetro 283 de la autovía M3 hacia Ucrania".
"No ha habido explosión. La zona ha sido acordonada y se están llevando a cabo medidas operativas y técnicas. Se han organizado desvíos", explicaba en un comunicado, señalando que fuerzas rusas habían derribado un “dron nazi” en la localidad de Sudzha.