El irresistible ascenso de Marruecos en los supermercados y fruterías de Europa
El 67% del tomate fresco que se consumió en Europa en 2021 procedió de Marruecos
Los productores lamentan la competencia desleal de los productores magrebíes, cuyos costes son mucho más bajos que los españoles, y denuncian trato de favor de la UE
Conscientes del potencial aún de crecimiento del sector, las autoridades marroquíes continúan impulsando con decisión y ambición la agricultura e industria agroalimentaria. Lentamente los marroquíes han ido haciéndose con cada vez mayores cuotas de mercado en Europa hasta convertirse en líderes en algunos productos en las baldas de las fruterías y los centros comerciales del continente. Además, con cada vez mayor intensidad, Marruecos compite directamente -la semejanza del clima hace que los cultivos sean en gran medida los mismos- con España en el sector agrícola.
Desde la orilla norte del Estrecho los productores lamentan una competencia que juzgan desleal debido a las ventajas de que goza Marruecos en sus relaciones con la UE y por los menores costes; y las quejas se elevan con mayor intensidad y frecuencia en un momento difícil para la agricultura española por mor del alza de precios generalizada y las malas cosechas acumuladas por culpa de la sequía.
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Potencia agrícola mundial
En pocos años Marruecos se ha convertido en una auténtica potencia agrícola mundial. Aprovechando la doble ventaja de la proximidad al continente europeo y asociación con la UE y la competitividad por costes –el salario mínimo agrícola se sitúa en los siete euros por jornada de trabajo-, las autoridades marroquíes han conseguido catapultar el sector. Los objetivos del Gobierno, que trabaja en estos momentos en la que ha denominado estrategia Génération Green 2020-2030- son ambiciosos: duplicar antes de que acabe la década la producción agrícola actual y hacerlo con menos gasto de agua, un buen cada vez más escaso en Marruecos. Los productos marroquíes, especialmente los tomates, las aceitunas, el aceite de argán o los cítricos, están presentes en todo el mundo; de Estados Unidos a Rusia pasando, cómo no, por la Unión Europea.
Según datos del último informe sobre Marruecos del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), el sector agrícola marroquí cuenta en estos momentos con casi 1,8 millones de explotaciones agrarias, de las cuales solo el 15% son de regadío. El objetivo de las autoridades marroquíes –contenido ya en el Plan Maroc Vert, lanzado en 2008- es el de aumentar la irrigación.
Una estrategia de modernización tan ambiciosa como la concebida en los distintos planes, como los citados Maroc Vert o Génération Green, no puede ejecutarse sin inversión. En este sentido ha sido clave la creación y desarrollo del puerto de Tanger Med, una infraestructura líder en el Mediterráneo, que permite trasladar con rapidez a través de Algeciras los productos marroquíes en Europa.
Conscientes de la escasez hídrica que sufre de manera estructural Marruecos –cuyo territorio, aunque disfruta de zonas muy fértiles en el norte y en la franja costera atlántica, es en gran parte semidesértico o desértico- y de forma particular en los últimos años, Rabat ha puesto la mirada en la tecnología israelí, sobre todo después de que ambos países firmaran a finales de 2020 un acuerdo para impulsar la relación bilateral, líder mundial en gestión hídrica.
Recientemente, el ministro de Economía israelí marcaba el camino para ambos países: “Nosotros disponemos de tecnología de nivel mundial en los sectores del agua y la agricultura en el desierto que podrían catapultar la agricultura marroquí a nuevas cimas regionales y mundiales”. La falta de agua obligará a Marruecos a desalar agua marina y reutilizar aguas residuales. No sólo las empresas israelíes están bien posicionadas para las oportunidades de negocio; también las firmas españolas pueden aprovechar aquí su experiencia en el sector.
Además, Marruecos, alumno aventajado de la Unión Europea, cuenta con el apoyo financiero en el sector de Bruselas, a pesar de la paradoja de la competencia que crecientemente los productos marroquíes hacen a los comunitarios. En octubre del año pasado la Comisión Europea aprobó un programa para apoyar la agricultura ecológica en Marruecos por valor de 115 millones de euros. El pasado mes de abril la propia España aprobaba un crédito reembolsable por un importe de cinco millones de euros para el suministro e instalación de dos plantas potabilizadoras en Marruecos.
Aunque el objetivo de las autoridades marroquíes pasa por garantizar la autosuficiencia alimentaria en los próximos años, la apuesta por la exportación es clara. El ejercicio pasado, las ventas de productos alimenticios y marítimos al exterior se incrementaron un 20% en comparación con el año anterior.
Las hortalizas suponen un 56% del total de las exportaciones, con el tomate como la más exportada (destacan además judías verdes y pimientos). Las frutas representan el 44% restante, con los cítricos, sandías y frutos rojos a la cabeza, según datos del ICEX.
Y en 2022 se superaron por primera vez el umbral de los 80.000 millones de dírhams (unos 7.300 millones de euros), según informaban en enero el Ministerio de Agricultura, Pesca Marítima, Desarrollo Rural y Aguas y Bosques de Marruecos. No hay que olvidar el peso de la agricultura en la economía de Marruecos: al menos el 30% del PIB y el 40% de la fuerza laboral.
Por productos, especialmente elevado fue el aumento experimentado por las exportaciones de frutos rojos –competencia directa de las españolas-: un 20%, al alcanzarse las 131.900 toneladas el año pasado. Otro capítulo en que los productores marroquíes compiten con los españoles de manera directa es el de aceite de oliva, cuyas exportaciones desde el país norteafricano se incrementaron un 85% en volumen y un 49% en valor.
También, y a pesar de la sequía –que ya era importante en 2022- el año pasado la cosecha de cereales marroquí aumentó un 62% hasta alcanzar los 5,5 millones de toneladas. Los cereales dominan la producción agrícola en Marruecos.
Según datos del Ministerio de Agricultura del país magrebí, Marruecos es el primer exportador mundial de aceite de argán. El país magrebí es el tercer exportador de aceituna de mesa y cítricos. Además, es el cuarto exportador mundial de tomates. Durante años los productores españoles de esta última hortaliza han sentido especialmente la amenaza del aumento de los volúmenes de la exportación marroquí a Europa, lo que llegó a acuñar la expresión “guerra del tomate” (ambos países presentan cifras exportadoras semejantes). En los mercados del Reino Unido Marruecos es el primer proveedor de tomates.´
Los mercados europeos son el destino más importante de las exportaciones agrícolas marroquíes. Por ejemplo, volviendo a la hortaliza, el 67% de los tomates frescos que se vendieron en 2021 en la UE proceden de Marruecos, según datos de la Comisión Europea. En 2012 la UE aprobó el Acuerdo Agrícola con y Marruecos, que fijaba la liberalización del 55% de los aranceles sobre los productos agrícolas y pesqueros de Marruecos y el 70% de los aplicados sobre los europeos y aumentado la cuota de lo que Marruecos puede vender en la UE (En 2021el Tribunal General de la UE declaró nulos los acuerdos comerciales y de pesca entre Bruselas y Rabat que incluyen al Sáhara Occidental).
Pero no todo es de color de rosa para el país magrebí: la sequía generalizada en el Mediterráneo está afectando a Marruecos –que sufre la peor de los últimos cuarenta años- con la misma dureza que a los productores españoles. En febrero el rey Mohamed VI anunció un programa de ayudas por valor de mil millones de euros para luchar contra la sequía y en apoyo de los agricultores.
Además, esta misma semana el monarca alauita impulsaba nuevas medidas para la actualización del Programa Nacional de Abastecimiento de Agua Potable y Riego 2020-2027. Su presupuesto se eleva hasta los 143.000 millones de dírhams (más de 13 millones de euros) y se anuncian trasvases de agua entre cuencas, la construcción de nuevos embalses y el lanzamiento de nuevos proyectos para la desalación de aguas.
El lamento de los productores españoles
Las quejas de los productores españoles se suceden en los últimos meses, aunque no es un fenómeno nuevo. El sector agrario español denuncia la competencia desleal, el fraude y la corrupción en el pago de los derechos aduaneros y el incumplimiento del Acuerdo Agrícola Marruecos-UE.
En este sentido, en diciembre pasado los productores olivareros españoles, que sufren en la peor campaña de la historia, lamentaban que la UE firmara con Rabat un convenio por el que las autoridades comunitarias destinarán 115 millones de euros a Marruecos para plantar, entre otras especies, 600.000 nuevos olivos.
Un mes más tarde, en enero, los freseros de Huelva lamentaban la “feroz y desleal competencia de Marruecos”, en palabras del gerente de la Asociación Onubense de Productores y Exportadores de Fresa (Freshuelva) Rafael Domínguez.
Los productores de la provincia andaluza aseguraban que el país magrebí había mandado al mercado “casi el doble” de tonelaje que Huelva. La causa: la fresa marroquí es más barata y Marruecos “no es tratado en su exportación como un país tercero, a pesar de que lo es, y colapsa el mercado”, según citaba a Domínguez el medio Huelva Información.
“Nos preocupa porque no se pone solución a esta cuestión. Entran a competir en un mercado con unas condiciones donde no es lo mismo la bajada de precios para una fruta con menor coste de producción y no estamos en igualdad de condiciones”, lamentaba el gerente de la Asociación Onubense de Productores y Exportadores de Fresa, quien pedía que “a partir de un cierto tonelaje paguen un coste en Aduanas” porque ahora “no pagan ningún derecho en frambuesas”.
Al margen de la competencia, inevitable, de los productos marroquíes sobre los españoles, lo cierto es que el país norteafricano también ofrece un potencial inversor al know-how de las empresas españolas. En este sentido, como en otras ediciones anteriores, una treintena de firmas españolas participó durante el pasado mes de abril en el principal evento del sector –con sus más de 1.400 empresas procedentes de 65 países- que se celebra en África, el Salón Internacional de la Agricultura de Marruecos (SIAM).
La del ascenso como potencia agrícola es una de las historias de éxito de la economía del país norteafricano en los últimos años, que han convertido a Marruecos en la frutería de Europa. La amenaza marroquí para productores españoles en las baldas de los supermercados ha venido para quedarse.