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Por primera vez en siete décadas, Inglaterra ha vivido la coronación de un monarca: Carlos III se convertía en el sucesor de Isabel II. Cabe destacar que el hijo de la antigua reina se convirtió en rey desde el primer momento del fallecimiento de esta el pasado mes de septiembre, pero ha sido el sábado 6 de mayo cuando se ha coronado formalmente con una ceremonia tradicional que ha reunido a miles de invitados de todas las características.
Una ceremonia solemne que se podía seguir desde primera hora de la mañana cuando los reyes, Carlos y Camila, llegaban a la abadía de Westminster con la presencia de miembros del actual Gobierno, incluido el primer ministro Rishi Sunak, y antiguos inquilinos de Downing Street, así como representantes de casas reales y jefes de Estado y de Gobierno de otros países.
La mirada estuvo puesta sin duda en en los estilismos de algunos rostros conocidos con peso en esta coronación, como el de Kate Middleton que quiso hacer un guiño especial a la primera princesa de Gales, la princesa Diana.
Para la ocasión, Kate Middleton se decantaba por un color que ya vimos con anterioridad en Lady Di: el marfil, con un diseño de Alexander McQueen en el que ha predominado lingotes de plata e hilo bordado que ha combinado con una capa y tiara.
Además de este guiño, Kate Middleton quiso homenajear a la madre de su marido. Totalmente convencida, la actual princesa de Gales se ponía los mismos pendientes que llevó en abrías apariciones públicas la misma Lady Di.
Unos pendientes de brillantes que colgaban de sus orejas y con los que quiso hacer que la madre de Guillermo y de Harry estuviese presente en esta coronación.
Por su parte, Camila ha sido la gran protagonista porque, tal y como se ha venido hablando en las últimas semanas, elegía para este gran día el mismo diseñador que tenía Lady Di: Bruce Oldfield. Al bajarse de la carroza Diamond Jubilee, Camila dejaba impactados a todos los allí presentes con un vestido blando impresionante con detalles dorados.
Otro de los símbolos que ha llamado especialmente la atención se encontraba en el conjunto de Camila. La reina Camila ha llevado bordada en su falda la imagen de los dos queridos corgis de la reina Isabel II. Muick y Sandy viven en el Royal Lodge de Windsor, la finca que el príncipe Andrés comparte con su exesposa, Sarah Ferguson, quienes los adoptaron tras el fallecimiento de Isabel II.
Este sábado vuelven a tener protagonismo pues ambos aparecen bordados a los lados de la falda de la reina Camila. Son ellos los que custodian el símbolo real de la corona y las iniciales entrelazadas de CR, 'Carolus Rex', en latín.
Por otro lado, también ha sido de lo más comentada la presencia de Harry, sin Meghan Markle en la coronación. El hijo pequeño del rey Carlos III y de la recordada Diana de Gales, no se ha sentado con el resto de la familia real y ha acudido sin su mujer con la excusa de que ésta se encuentra inmersa en los preparativos del cumpleaños de su hijo.
Una imagen que ha chocado ya que Harry ha tenido que ocupar la tercera fila. Apartado de su familia, el hijo pequeño del actual rey de Inglaterra veía cómo se desarrollaba el acto desde la tercera fila. Una imagen más que comentada y criticada por parte del público.
Otro de los protagonistas de la coronación ha sido el nieto del rey, el príncipe Luis de Gales. El hijo pequeño de Guillermo y de Kate se ha ganado la simpatía de todos los allí presentes y de aquellos que seguían la ceremonia a través de la televisión o las redes sociales.
A sus cinco años, el príncipe Luis ha sido el más simpático y alegre del evento.
Sin poder contener su inocencia, el hijo de Kate Middleton se convertía en protagonista por las caras y gestos que hacía durante su paseo hasta la abadía de Westminster, durante la coronación o ya desde el saludo que hacía la familia real desde el balcón del palacio de Buckingham.
Uno de los detalles que más se ha comentado a través de las redes sociales se producía en plena coronación. Las cámaras enfocaban al interior de la abadía de Westminster donde se podía ver a todos los invitados. Al fondo del recinto religioso, las puertas de la abadía permanecían abiertas y se podía ver parte del exterior.
En uno de los momentos de la celebración, fuera de la abadía de Westminster pasaba una figura vestida con una capa larga, cubierto con la capucha de la prenda de vestir, encorvado y sujetando una larga herramienta entre sus manos.
Justo en ese momento, las redes sociales se llenaban de mensajes en los que los usuarios bromeaban e ironizaban sobre la aparición de la 'muerte' en plena coronación ya que la imagen de la muerte se suele representar como un espectro con capucha y que porta una guadaña.