La movilización sindical que amenaza la presidencia en Europa de Sánchez
Los trabajadores de la administración fuera de España pueden convertirse en una piedra en en el zapato del Gobierno de Pedro Sánchez por el descontento y frustración de los empleados que denuncian los sindicatos.
En su última visita a Berlín, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, realizaba una visita de rigor a finales de abril a su homóloga alemana, Annalena Baerbock. La jefa de la diplomacia germana recibió a Albares en su ministerio. Pero frente a ese edificio, a Albares le esperaba también un particular “comité de bienvenida sindical”.
Un puñado de trabajadores de la Embajada de España en Berlín clamaban, con pancartas en alemán y español, por “un servicio exterior digno”. “Diplomáticos ricos, trabajadores pobres. 14 años sin subidas salariales”, rezaba otro de sus mensajes. Eran trabajadores que se pusieron de huelga tres horas el día de la visita de Albares para protestar aprovechando su visita Berlín.
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Si no se cumplen los acuerdos, no nos va a quedar otra que movilizarnos. Hay varias opciones y la huelga general en todo el exterior es una de ellas
Pudiera parecer esa una protesta sin importancia. En la secretaria territorial de Comisiones Obreras (CC. OO.) reconocen, por ejemplo, ser una agrupación “pequeña”, como también es pequeña la rueda del engranaje público que representan los trabajadores del servicio exterior dentro de la maquinaria de la administración española.
Sin embargo, los 5.500 empleados de ese servicio exterior parecen dispuestos a complicar la acción exterior del Gobierno. Se supone que ese número de empleados tiene que dar servicio a los cerca de 2,8 millones de españoles que viven fuera de España, según el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE), elaborado por el Instituto Nacional de Estadística.
La movilización de los sindicatos españoles fuera del territorio patrio es algo especialmente significativo en vista de que a partir del próximo 1 de julio España toma la Presidencia rotatoria del Consejo Europeo, institución que reúne a los 27 jefes de Estado y de Gobierno. “Si no se cumplen los acuerdos, no nos va a quedar otra que movilizarnos. Hay varias opciones y la huelga general en todo el exterior es una de ellas”, señala a NIUS Miguel Montero, secretario territorial de CC. OO en Berlín. NIUS ha tratado de encontrar, sin éxito, una respuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores ante las reivindicaciones de los sindicatos que representan a los trabajadores públicos fuera de España.
Que en sindicatos como CC.OO. se valore incluso una huelga general ahora que España se prepara para recibir el foco europeo - e internacional - en una esperada presidencia europea por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, no parece una amenaza gratuita. Montero puede estar hablando horas de la “enorme frustración” que pesa a no pocos trabajadores del sector exterior.
En Alemania, trabajadores del servicio exterior alemán cobrando por debajo del salario mínimo
Seguro que ese sentimiento predomina en los seis empleados públicos españoles que trabajan en el servicio exterior en Alemania sin recibir el salario mínimo que establece la legislación germana. “En ciudades como Hamburgo, Múnich o Fráncfort, hay gente del servicio exterior que no gana el salario mínimo interprofesional. Es gente que no saca brutos ni 1.700 euros brutos al mes. Así, la subsistencia es difícil”, señalan desde CC. OO. Y tanto.
"Los trabajadores del sector exterior llevan catorce años sin subidas salariales dignas de ese nombre", denuncian los sindicatos.
Esas tres ciudades figuran entre las grandes urbes germanas en las que el coste del alquiler, por ejemplo, es más alto de toda Alemania. Múnich, la capital del Land que es Baviera (sur), presenta los alquileres más caros del país del canciller Olaf Scholz. En ella se paga el metro cuadrado en alquiler por encima de los 20 euros, según datos del portal de estadística alemán Statista. El salario mínimo alemán, en cifras netas, está en 1.375 euros mensuales. Eso es lo mínimo que se cobra en el mercado laboral germano por un trabajo de 40 semanales distribuidas en cinco jornadas.
Al margen de casos particulares, los sindicatos que protestaban frente al Ministerio de Asuntos Exteriores alemán hace unos días ponían de relieve que los trabajadores del sector exterior llevan catorce años sin subidas salariales dignas de ese nombre. Esto es algo que se ha traducido en que “en algunos países hemos tenido una pérdida del poder adquisitivo, en Centroamérica y Sudamérica llegan a ser del 60 % o hasta del 70%”, comenta Montero. De muy poco parece haber servido la pequeña subida - “micro-subida”, según Montero - salarial de 2019.
“El año pasado se aprobó después de una serie de movilizaciones, una subida salarial del 3,5%, como al resto del personal funcionario en España. Pero aún no hemos recibido ese dinero. Y nosotros hemos estado años sin subidas salariales”, denuncia Montero. Pero eso no es todo.
“En Adís Abeba, la capital de Etiopía, han jubilado a cuatro compañeros que se han quedado sin seguridad social. Es gente gente que va a caer en la pobreza. En el Reino Unido, la administración está incumpliendo un acuerdo para que los trabajadores del servicio exterior sean integrados en la Seguridad Social española”, abunda este sindicalista.
Más españoles viviendo en el extranjero, pero con menos servicio exterior
En la protesta contra Albares, los sindicatos también destacaban el incumplimiento de recentísimos acuerdos sobre salarios y promoción interna alcanzados con la administración a finales del año pasado. “Hay acuerdos, pero pedimos que se cumplan”, dice Montero.
El pasado 22 de diciembre se acordó que para finales de este abril se iban a revisar condiciones laborales establecidas en 2008 con la idea, entre otras cosas, de negociar una revisión salarial. En 2008 también se acordó, de momento en vano, el desarrollo de cuestiones laborales que parecen olvidadas para la administración, como “el teletrabajo, permisos de paternidad, el régimen de asistencia sanitaria, categorías profesionales” y otros aspectos que los sindicatos ven cruciales para hacer carrera dentro de la administración.
“Esto incluye la definición de unas retribuciones justas y homogéneas para todas las categorías y ministerios a lo largo y ancho del mundo, para poner fin al incongruente y descomunal agravio comparativo que existe en estos momentos”, señalan fuentes sindicales del servicio exterior a NIUS.
De fondo, según apuntan en CC. OO, hay una situación de carga de trabajo que no ha parado de crecer en el servicio exterior español. Entre 2009, cuando la crisis financiera golpea ya duramente a la economía española, y 2022, pasadas, sobre todo, la crisis de euro y la pandémica COVID-2019, el número de españoles que residen en el extranjero se ha multiplicado casi por dos.
En 2009 eran algo más de 1, 4 millones de españoles, cuando en 2022 alcanzan casi los 2,8 millones. Sin embargo, la mano de obra del servicio exterior español ha encogido un 6,2%, según la estadística que manejan en el sindicato de Montero.
“El servicio exterior de España está infradotado. No puede hacer realidad los derechos de los españoles que viven fuera de su país pese a que, por ley, tienen los mismos derechos. Piense que, si se suman todos los empleados del servicio exterior más los empleados de los ministerios que trabajan fuera de España, el número de personas empleadas ha caído un 6%”, comenta Montero. En términos totales, “el número total de funcionarios y personal en el exterior ha pasado de 7.523 a 7.053”, recogen en CC. OO.
Albares, el “responsable político”
“En las Consejerías de Trabajo que dependen del Ministerio de Trabajo y Economía Social, que sirven para asesorar a españoles expatriados en temas como el retorno y otros asuntos laborales, el número de trabajadores ha caído un 27%. Esto quiere decir que tenemos compañeros saturados de trabajo”, abunda Montero.
"El Ministerio de Asuntos Exteriores de Albares pone pocos esfuerzos en que la acción exterior tenga unas condiciones de trabajo dignas", dicen en CC. OO.
El descontento sindical del que habla Montero podría hacerse notar en la infinidad de actos que, a buen seguro, tiene previstos desarrollar el Gobierno de España fuera de sus fronteras con motivo de la Presidencia del Consejo Europeo. “Sin nosotros la agenda no funciona, ponemos los chóferes, que son compañeros, o el trabajo de intendencia. En actos, todo lo que se hace pivota en torno al trabajo del servicio exterior”, recalca secretario territorial en Berlín del CC. OO.
Montero y compañía ya han protagonizado movilizaciones en Berlín que se han hecho notar. Protestaron, el pasado mes de octubre, aprovechando la visita del Rey Felipe VI a la capital alemana, llegando a manifestarse frente a la Embajada de España en una recepción que hacía el monarca a los embajadores en el extranjero. En aquella ocasión, Albares también se encontraba en Berlín. Tras verles protestar, accedió a reunirse con ellos al día siguiente.
Pero ni con reuniones como esa de octubre han logrado sus objetivos los sindicatos. Éstos siguen movilizados y aún piden cuentas al ministro de Asuntos Exteriores. “Él es el responsable político”, dicen los sindicalistas del servicio exterior, que también apuntan al Ministerio de la Función Pública, que es el que firmó los últimos acuerdos con los trabajadores afectados.
Sin cumplir esos acuerdos, lo que queda es un “Ministerio de Asuntos Exteriores que pone mucho empeño en una representación española digna hacia el exterior, pero en cuanto a la fachada, pues luego pone pocos esfuerzos en que la acción exterior tenga unas condiciones de trabajo dignas”, concluye Montero.